Samuel Beckett, pesimista con gracia
Hoy se cumplen 110 años del nacimiento del poeta, dramaturgo y novelista irlandés, autor de la popular obra Esperando a Godot
CIUDAD DE MÉXICO.
En 1928, a los 22 años, Samuel Beckett conoció a James Joyce en el cír
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Independencia
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jueves, 14 de abril de 2016.
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Hoy se cumplen 110 años del nacimiento del poeta, dramaturgo y novelista irlandés, autor de la popular obra Esperando a Godot
CIUDAD DE MÉXICO.
En 1928, a los 22 años, Samuel Beckett conoció a James Joyce en el círculo literario de los expatriados de París, a donde había llegado para ocupar un puesto de lector de inglés en la École Normale, y aunque en su atención estaba concentrada en su carrera académica, el trato con el autor del Ulises se fue desarrollando “poco a poco y, a la sazón, había de madurar en una especie de amistad íntima“, anota Anthony Cronin en la biografía Beckett, el último modernista, con lo cual, “el ambiente en que se movía Beckett se fue desplazando de lo académico” hacia la esfera de la revista de vanguardia transition, en cuyas páginas publicó Conjetura, su primer relato breve, y su efervescente vocación literaria despertó al parejo de los largos silencios y los tragos salpicados de palabras aisladas que compartía con Joyce.
Camino equivocado
“Protestante, reservado, serio y dado a la melancolía, incluso estando acompañado”, refiere Cronin, Beckett había nacido el 13 de abril de 1906, en un suburbio opulento de Dublín. Ahí estudió lenguas romances en el Trinity College, y durante su primera estancia en París ganó un premio con el poema satíricoWhoroscope. Un año después publicó el breve estudio Proust (1931), y renunció a la universidad. Tras una serie de sesiones con un sicoanalista, que resultaron contraproducentes, escribió Murphy (1938), novela “deliciosamente descreída”, opina Harold Bloom en El canon occidental, y “la más pura comedia” de toda su obra. Se instaló en París de forma definitiva en 1938, y durante la Segunda Guerra Mundial participó en la Resistencia. Después de la novela Watt (1945), eligió el idioma francés para escribir sus textos y luego traducirlos, o más bien reescribirlos, en inglés. Con un pulso de escritura lacónico, de espasmos humorísticos despiadados, dio forma a una sustanciosa trilogía de prosa narrativa: Molloy(1951), Malone muere (1951) y El Innombrable (1953). Su obra más popular,Esperando a Godot, que escribió en poco más de tres meses, se estrenó en 1953 ante el desconcierto de sus primeros espectadores, pero suscitó elogios de la crítica, que aunque desfasados, fueron casi unánimes. Más tarde presentó dramas importantes como Final de partida (1957) y La última cinta de Krapp (1958), entre otros títulos, que destacan de una obra de profunda originalidad por la que ganó, pese a sí mismo, el Nobel de Literatura en 1969. “Al parecer”, señala Bloom, “Beckett fue un ser humano tan bueno y decente como muy pocos escritores lo han sido. Infinitamente compasivo, amable, aunque infinitamente apartado de todo. Pero como escritor (...) sufrió como sufren todos los escritores; cuanto más poderoso es un escritor, más sufre, y Beckett fue muy poderoso”. Pesimista, pero con una gracia excepcional para alumbrar las terribles sombras de la existencia humana, autor de la inusitada propuesta narrativa Cómo es (1961), de la pieza cinematográfica muda Film (1964), actuada por Buster Keaton, y del volumen de textos misceláneos Disjecta (1984), murió el 22 de diciembre de 1989. En una entrevista de 1975, aquel quien para George Steiner representaba, al lado de Borges y Nabokov, “una literatura extraterritorial, típica del siglo de los exilios”, afirmó: “Es posible que no haya sino caminos equivocados. Sin embargo, se tiene que encontrar el camino equivocado más conveniente”.
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