La Paz, Baja California Sur.- Autoridades ambientales y de los tres niveles de gobierno no celebraron
en Baja California Sur el Día Mundial de la Tierra, aun cuando es uno de los temas que más ocupan a los gobiernos de todo el mundo.
De acuerdo con estudios, algunos de los productos que utilizamos frecuentemente en nuestra vida cotidiana tienen causan un gran daño ambiental sin percatarse los ciudadanos.
Cuando consumimos un producto, pocas veces se detiene un a pensar que productos de uso común que dañan el medioambiente como es el café, es el segundo producto más comercializado en el mundo, después del petróleo crudo.
Sin embargo, sólo un pequeño porcentaje llega a la taza (ni siquiera llega al 0,5%). En el camino, se generan ingentes cantidades de residuos que, en ocasiones, adquieren formas difíciles de reciclar como ocurre con algunas de las cápsulas que se han popularizado en los últimos años.
Así también el jabón, así como diversos productos de limpieza e higiene personal contienen sustancias que resultan dañinas para el medioambiente. Uno de ellos son los jabones antibacterianos, ya que contienen triclosan, un compuesto químico que puede acabar en el agua y de acuerdo con diversos estudios, tiene impactos negativos en la salud de los peces y en la nuestra.
La mayor parte del té que consumimos viene en bolsitas. Sólo en Reino Unido se calcula que se consumen 55 mil millones al año, lo que se traduce en más de 350 mil toneladas de residuos que acaban cada año en los vertederos. Muchas de estas bolsitas están hechas de papel y, por tanto, son biodegradables pero en ocasiones se incluyen plásticos para hacerlas más resistentes al calor o más presentables, lo cual les convierte en un residuo potencialmente dañino.
Solamente en China, cada año se producen 80.000 millones de palillos chinos desechables según la agencia oficial Xingua. Para fabricarlos, se estima que son necesarios 20 millones de árboles al año, una demanda que ha encendido las alarmas ante el riesgo de deforestación en el país.
Los rastrillos para rasurar, solo en Estados Unidos, se desechan 2 mil millones de cuchillas de afeitado a pesar de que las hojas de acero se pueden reciclar. Con todo, su coste ambiental viene incorporado de origen, ya que es preciso metal y agua en su fabricación.
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