CIUDAD DE MÉXICO. Bellas de noche es la ópera prima de María José Cuevas, hija menor del pintor mexicano José Luis Cuevas. Después de 7 años de trabajo y 180 horas de material filmado, finalmente el documental ve la l
Bellas de noche es la ópera prima de María José Cuevas, hija menor del pintor mexicano José Luis Cuevas. Después de 7 años de trabajo y 180 horas de material filmado, finalmente el documental ve la luz de los proyectores dentro del marco de la onceava edición de Ambulante. El título del documental hace referencia a una película homónima de 1975 que fue una de las pioneras del género de ficheras, dirigida por Miguel M. Delgado y protagonizada por Sasha Montenegro.
El documental, por otro lado, gira en torno a las vedettes que fueron iconos de la vida nocturna mexicana durante la década de los 70 y principios de los 80. Eran mujeres ideales, con una belleza platónica, símbolos sexuales rodeados de lujos y hombres. Fueron las estrellas de su momento. Hoy vivimos un México muy diferente. ¿Qué ha sido de estos iconos? ¿Dónde están ahora? ¿Qué fue de ellas después de su caída? Las vedettes se tuvieron que enfrentar en determinado momento a que ya no eran jóvenes y a que la cultura había cambiado. Al haber sido símbolos sexuales definidos por su belleza, pareciera que eso les quitó el derecho a envejecer. La sociedad las condena y las critica por hacerse viejas.Es una película que habla a partir de su presente, no del pasado. El enfoque es ellas en el presente, el lado humano, su cotidianidad. A partir de observar el pasado y entender el presente, ¿cómo resurges? Eso nos pasa a todos. Todos hemos caído, todos nos hemos tenido que levantar, todos vamos a perder la juventud, es la vida", comenta María José.Bellas de noche surge de una "necesidad de homenajearlas" dice María José, "me enfoqué en estas mujeres que alguna vez fueron famosas y eran los símbolos sexuales de toda una época y [quise averiguar] qué pasa 40 años después". Es un retrato muy humano, con un acercamiento siempre desde el respeto, el amor y la admiración. La directora nos cuenta que al principio algunas se negaron porque están acostumbradas al amarillismo de la prensa alrededor de sus vidas, pero cuando entendieron lo que era el proyecto y lo que significaba, accedieron a participar y dejaron entrar totalmente a María José a sus vidas durante años. El documental nos ofrece una mirada privilegiada, podemos verlas en pose y sin pose. Viven entre el personaje y la persona todo el tiempo. Existe una línea muy frágil entre la interpretación y la realidad que muchas veces ni siquiera ellas logran distinguir. Hay momentos en los que pareciera que están actuando frente a la cámara, pero luego se revelan de una manera que te deja claro que no es actuación, simplemente son así. Fueron y siguen siendo vedettes. Aunque se vieron obligadas a reinventarse por el paso del tiempo, siguen siendo las mismas, nacieron para ser vedettes. Hay un alter ego con el que habitan todo el tiempo. Todo el documental está enfocado en explorar la personalidad de cada una. Los personajes que alguna vez crearon están muy presentes, las siguen acompañando.
Ellas son lo que son hoy en día por lo que fueron, el personaje de vedette las sigue acompañando", comenta María José. "Las mujeres y sus personajes son dualidades inseparables, eventualmente se vieron obligadas a renunciar a los personajes pero, a pesar de los años, nunca han podido hacerlo y los conservan aún fuera de los escenarios. Al final de eso se trata Bellas de noche, cómo caemos, cómo nos volvemos a levantar, nos volvemos a reinventar".María José hace un excelente trabajo de investigación en cuanto a material de archivo y licencias musicales, ambos elementos fundamentales para la historia. Los procesos para conseguir los derechos de estos materiales se pueden volver una pesadilla para cualquier realizador, sin embargo, era claro que sin esto la película no hubiera podido terminarse. Es una película que definitivamente tiene un acceso privilegiado gracias a la relación que María José logra entablar con sus personajes a lo largo de varios años de trabajo. Podemos ver a las vedettes cómodas en un ambiente de total confianza. A través de ellas, María José nos da su propio discurso de fortaleza y renacimiento, la película es el eco de la voz de la directora en sus personajes. La personalidad de María José está presente en todo el documental, escuchamos su voz en la película, las chicas se refieren a ella en varios momentos, se convierte en un personaje constante. Se puede ver claramente el viaje personal de la directora durante el documental. "Es mi mirada a partir de la vivencia con ellas, a partir de sus realidades. A mí me quedaba muy clara la sensación que ellas me dejaron, que era justo lo que yo quería transmitir, después de 180 horas de material ¿con qué te quedas? y ¿qué transmites?, para mí lo importante era que conocí la parte humana de ellas, quitarme del amarillismo y no juzgarlas". La película es claramente una carta de amor de María José hacia sus personajes;mujeres juguetonas, frágiles y divertidas que un minuto están llorando y al otro cantando. "Lo que hizo bonito todo esto es entender que yo las estaba retratando desde un lugar de profunda admiración y profundo respeto y cariño. Creo que eso hizo que ellas disfrutaran mucho el tener una cámara diferente, una cámara amiga", comenta. María José nos regala una mirada muy femenina de esta historia. Nos habla al mismo tiempo de vanidad, belleza, de la vejez, de fuerza, fragilidad. Antes, quien les dio el poder a estas vedettes fue la mirada masculina —en un contexto muy sexual—, en este trabajo, María José le da un giro a quién está detrás de la cámara y empodera su feminidad. El documental se puede ver actualmente en Ambulante en varias ciudades del país y se encuentra en pláticas de distribución para su estreno en salas comerciales a finales de año.