• Del engendro del mal: Marcial Maciel; a las decenas de “alumnos” que dejó en la tierra

La Paz, Baja California Sur.- “Que la hoguera del infierno sea lo suficiente placentera para que el padre Marcial, pueda ahogar allí su erotismo, su lascivia, su Lujuria y su libido…”. Podría ser el epitafio colocado en su tumba de Cotija de la Paz, Michoacán; ahí donde desde el 2008 fueron depositados los restos de quien durante sus más de 65 años de sacerdocio supo llevar una púdica vida en lo público; y por demás licenciosa en lo privado. Y dicho sea de paso, el reconocido Padre mexicano, Marcial Maciel Degollado, sin duda hubo de dejar muchos y muy buenos discípulos, sobre todo si tomamos en cuenta que en México se conocen más de 500 casos de niños violados por sacerdotes, dejando entrever la sospecha de encubrimiento tanto de la Iglesia, como de la justicia mexicana. Y en ese laberinto de complicidades y degradación, muy por separado de los horrendos crímenes cometidos a infantes por Marcial Maciel, se consigna, por supuesto una larga lista de depravados entes que detrás de las sotanas han resguardado la lujuria y la lascivia, y donde no se pueden soslayar sacerdotes acusados de pederastas, violadores, corruptos, y demás, en todas partes de México nacionales o extranjeros que viven o han vivido en el país. ¿Cómo quiénes?: Según el prestigiado medio de Comunicación “Ensartaos.com.ve”, advierte que en la escandalosa y larga lista destacan: Luis Acosta, detenido por violación y libre bajo fianza; Nicolás Aguilar, protegido del cardenal Norberto Ribera, acusado de más de 80 delitos y prófugo de la justicia, pero que se le ha localizado en diversas parroquias de Puebla y Morelos; Marvin Archuleta, acusado de pederastia en EU, desde donde fue enviado a México desde 2003 y se ignora su actual paradero; Heladio Ávila, acusado de abuso sexual de tres menores en 1996, juzgado y preso en Guadalajara por 5 años, y que al salir fue enviado al centro de recuperación Alberione, una casa de seguridad de sacerdotes pederastas, en Tlaquepaque. Pero con paradero desconocido, y que sigue siendo sacerdote; Michael Baker, acusado en 1986 de abuso de menores en los Ángeles; Gerardo Beltrán, quien en 1991 abusó de niñas en California, y fue enviado a México por su diócesis. Agrega que también están: Gustavo Benson, acusado en 1987 de delitos de pederastia en San Bernardino California; Rolando Blasi, pederasta en la parroquia de Jesucristo Obrero en Tlalpan, DF., libre bajo fianza; Guadalupe Borja, acusado de pederasta y detenido en 1989, pero sigue ejerciendo con protección del obispado; Francisco Bravo, de la orden saleciana, Morelia, Michoacán, acusado de pederastia y se ignora su paradero; Samuel Cabot, acusado de abuso sexual de una joven menor en los Ángeles a donde llegó procedente de México, de un asilo de huérfanos, donde pasó 5 años haciendo de las suyas; Raúl Cabrera, saleciano acusado de pederasta en Guadalajara en 1982, transferido a otra ciudad; Gabriel Calderón, párroco pederasta detenido en 2002 en Temixco Morelos, quien oficiaba en Tepalcingo, detenido y libertado bajo fianza; Manuel Esteban Camacho, acusado de violación sexual de un joven en 2001; Antonio Camacho, pederasta en parroquia de México, DF., reubicado en EU: Luis Javier Campos, pederasta enviado de Detroit USA a México; Alfonso Carmona acusado en 2004 de abuso sexual con menores en el Centro de Rehabilitación para Toxicómanos en Metepec Estado de México, donde fue director. Aun cuando asegura que son muchos más, también habla de; Alejandro Cervantes, quien en 2002 fue acusado de corrupción de menores en Aguascalientes, siendo párroco de Santa Cruz y sentenciado a 4 años; Jerónimo Chávez, acusado en 1994 de violar a un joven en Atizapán, Estado de México; Mario Cimarutti, acusado de abuso sexual de 5 niños en los Ángeles y enviado a México; Salvador Coria, acusado de acosar sexualmente a un joven de 17 años en 2001, siendo diacono; Zenón Corrales, Nicaraguense prófugo de Matagalpa, donde fue acusado de violar a una joven en 1998. Trasladado a Texcoco, Estado de México; Humberto Covarrubias, acusado de violar a una joven de 14 años en el Naranjo San Luis Potosí; John Daley, acusado de abuso sexual de un niño en los Ángeles y enviado a México. Por su parte, respecto al escándalo levantado por los actos de Marcial Maciel, el Papa Francisco, primero lo ha calificado como “un gran enfermo”, aclarando que tal situación le ha provocado un profundo malestar, precisando que sin duda alguna era una persona muy enferma, porque además dentro de todos los abusos cometidos también de habla de dos o tres mujeres con las que tuvo hijos, dejando en claro que por su parte y desde el Vaticano “se tomó conciencia de la situación y se empezó a actuar fuerte”, no sin antes aceptar que seguramente hubo encubrimiento. Y finalmente, vale decir que no todo está podrido dentro del medio eclesiástico, porque también existen quienes son honestos y valientes, como Alberto Athié Gallo, ex sacerdote de la Arquidiócesis de México, quien no deja de luchar en contra de la pederastia en la Iglesia Católica desde 1994, cuando una víctima del fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel Degollado, le contó su historia. Inclusive, llegó al grado de rechazar ser Obispo a cambio de callarse y sorteó las presiones que, según asegura, tuvo del Arzobispo Primado de México Norberto Rivera Carrera, y que derivado de eso mereció el Exilio en Estados Unidos, desde donde vivió de cerca el escándalo de los sacerdotes pederastas y el encubrimiento de la cúpula de la Iglesia Católica en esa zona, agregando que luego de mucho andar y de conocer casos a nivel mundial, aseguró en entrevista con el prestigiado medio de comunicación sin embargo, que México tiene a los pederastas más crueles e importantes de la Iglesia. Todos impunes y libres, “gracias a un mecanismo protector, diseñado desde la Santa Sede, que les permite encontrar en el clero, el lugar perfecto para violar niños”. (Concluiremos Mañana).

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