• A casi un año del homicidio, un juez dicta sentencia contra el último de los implicados en el hecho

  CHIHUAHUA, CHIHUAHUA.-

A casi un año del homicidio del niño Cristopher Márquez Mora, quien fue privado de la vida cuando varios menores de edad pretendieron recrear un secuestro y lo torturaron hasta la muerte en Chihuahua, un juez dictó sentencia en contra del último de los implicados en el hecho.

Eduardo “N”., de 15 años, deberá pasar cuatro años internado en una institución de salud mental y estará bajo tutela del DIF durante ese periodo. Ello, debido a que fue calificado como inimputable por el asesinato y no puede ser recluido en el Centro de Internación para Menores Infractores.

El joven fue diagnosticado por un equipo de especialistas médicos y trabajadoras sociales con un grado moderado de retraso mental. Según informó la Fiscalía del estado, su razonamiento y conducta en general corresponden al de una persona de alrededor de ocho años, por lo que no tuvo conciencia del homicidio del pequeño. A principios de mayo del año pasado, el niño de seis años fue asesinado por cinco menores de edad, tres de ellos sus primos; la Fiscalía estatal reveló que fue privado de la vida para que no acusara a sus victimarios, quienes pretendían recrear un secuestro. Jorge González Nicolás, titular de la dependencia, dijo que las declaraciones de los menores de 11, 13 y 15 años concordaban en señalar que la intención original era “un juego” con la participación de Cristopher, pero al percatarse que había sido herido y sangraba decidieron matarlo para aparentar que se trataba de un plagio real. “Lo amarraron, lo llevaron hasta un terreno contiguo al barrio donde viven y ahí decidieron empezar a torturarlo como si fuera realmente un secuestrado. Pero, declararon, se les pasó la mano, porque lo lastimaron con algunas piedras en la cabeza. Eso fue lo que provocó que decidieran quitarle la vida para evitar un problema, y es cuando le dan algunas puñaladas, le ponen una bolsa de plástico en la cabeza para terminar de matarlo, y deciden enterrarlo. Hacen una fosa, lo entierran y tratan de cubrir la situación como si no hubiera pasado nada”, detalló hace casi un año el funcionario. Agregó que la madre de Cristopher es viuda desde hace dos años, y por ende tenía que trabajar largas jornadas para sostener económicamente al niño y un hermanito menor que padece hidrocefalia, de tal forma que se veía en la necesidad de dejarlos solos durante las tardes. En febrero pasado se llevó a cabo la audiencia de los cuatro menores que sí fueron imputables, el juez determinó que Jesús David, de 15, pasará 9 años y seis meses recluido en el Centro de Internación para menores infractores. Aunque en tres años será mayor de edad no abandonará dicho sitio, únicamente será transferido al área para jóvenes de 18 años en adelante. Mientras que Valeria, Alma e Irving, las dos primeras de 13 y el último de 12, quedarán tres años bajo resguardo del estado, al parecer en un refugio del DIF, del cual no podrán salir en ningún momento. Posteriormente tendrán dos años de Orientación y Supervisión, es decir, se irán a su domicilio, pero serán vigilados por elementos de seguridad pública, a menos que en ese momento un estudio psicológico arroje que deban seguir bajo custodia. Finalmente, estarán bajo arraigo domiciliario por un año, sin vigilancia permanente. En esos seis años todos deberán asistir a terapia psicológica y con otros especialistas médicos ordenados por el estado. En el caso de Eduardo, en los próximos días un equipo multidisciplinario determinará a qué institución de salud mental será canalizado.