CIUDAD DE MÉXICO. Una dosis de suspenso, intriga y terror llegarán por primera vez al Lunario del Auditorio Nacional con el montaje de Poseídos, una historia de fantasmas, obra de teatro adaptada de la novela Otra v
“El Lunario tiene pocos antecedentes de mostrar teatro. Por eso este montaje será una oportunidad para revitalizar el teatro en un espacio donde se podría programar, en un futuro, un ciclo de teatro que aproveche su oscuro total”.Esa cualidad de oscuro absoluto, dijo, facilitará la posibilidad de llevar el terror a un escenario asociado con la música, ya que en la mayoría de los teatros normalmente se filtra un poco la luz desde los camerinos o los muros. Porque el terror no es un género de fácil montaje, a diferencia de lo que sucede con el cine, donde se cuenta con efectos especiales y una elaboración meticulosa. “Sabemos que es difícil espantar a los espectadores dentro del teatro y por eso nos hemos empeñado en una actuación perfecta y un guión extraordinario para evitar que el público se distraiga con la risa”, aseguró. La obra se sitúa en la Inglaterra victoriana, comenta la directora de teatro, a finales del siglo XIX, donde la Señorita Giddens, hija de un pastor protestante, acepta la invitación de un hombre de negocios para ser la institutriz de Miles y Flora, dos niños que están a medio camino entre la inocencia y la perversión. Giddens llega a la mansión y se ve envuelta en sucesos misteriosos que se conectan con la muerte de la institutriz, la Señorita Jessel, y el jardinero Peter Quint, quienes murieron de forma extraña. Cuando Giddens conoce la historia, el terror la invade y empieza a notar una influencia peculiar de Jessel y Quint sobre los dos infantes. Así que se enfrasca en una lucha por terminar esa relación, cobijada por los secretos que guarda la mansión Bly, hasta descubrir que la maldad no siempre habita donde todos creen. Locura y perversión En Poseídos, una historia de fantasmas habrá dos ángulos en la historia. Por un lado estarán los dos niños inocentes, víctimas de la locura de una joven institutriz, y en el otro extremo: dos infantes con la capacidad de aterrorizar a quienes desean protegerlos. La versión teatral del montaje fue realizada por Luis Terán y se centra en la imaginación desbordada de la Señorita Giddens, quien no distingue entre realidad y fantasía, en su afán por terminar con los espíritus malignos. Respecto al montaje, Marta Luna dijo que a pesar de ser una adaptación moderna, conserva el género, el estilo, el lenguaje y el tono original de esta novela publicada originalmente en 1898, con la cual el escritor y crítico estadunidense Henry James desarrolló la técnica del punto de vista, donde exploró hasta las últimas consecuencias el análisis sicológico de los personajes, pero desde su interior. James es conocido por novelas como Retrato de una dama, Las alas de la paloma, Daisy Miller, La copa dorada, Los papeles de Aspern y Otra vuelta de tuerca, “donde el autor consiguió una mezcla equilibrada entre el terror, el suspenso y la intriga”.
“Otra vuelta de tuerca marcó un antes y un después en el género de terror y suspenso. Esa fue la más grande innovación de James. De ahí que en este montaje una parte del público sentirá que los fantasmas existen, mientras otra parte creerá que todo sucede en la cabeza de la institutriz, en un clima adverso lleno de muertos que se comunican, espectros que pocos pueden ver y vivos con una gran capacidad de perversión”.El elenco estará integrado por: Ángeles Marín como la Señorita Giddens, Alejandra de la Rosa, como la Señora Grose, Eduardo Vargas como el tío; Fede Porras interpretará el niño Miles y Sherlyn Zuckerman a la niña Flora; Claudia Farías será Ana, Jorge Karlóz el jardinero Peter Quint, y Rosalba Castellanos la Señorita Jessel. La escenografía fue concebida por Mónica Kubli, el vestuario estuvo a cargo de Cristina Sauza, quien presentará una apuesta con material reciclado del INBA, el Círculo Teatral y la propia vestuarista; la música correrá a cargo de Alejandro Castaños, y la coreografía de Carlos Jaime. Por último, Marta Luna aclaró que su interés por esta obra no nació para coincidir con el centenario de la muerte de Henry James, recordado el pasado 28 de febrero, sino porque le pareció que México es un país culturalmente cercano al tema de la muerte. “A mí me ha interesado esta obra porque el tema de la muerte genera una especial tensión en México. ¿Quién no ha escuchado historias de muertos y espantos? Ahí está el Día de Muertos. Pienso que todos, desde niños, aprendemos el gusto por el miedo aunque casi siempre, por las noches, estemos abrazados a la cama”.