• Han transcurrido 8 años y hasta la fecha no han servido para nada y siguen siendo un grave peligro La Paz, Baja California Sur.- El ambicioso proyecto con un elevado costo superior a los 76.5 millones de pesos, que
• Han transcurrido 8 años y hasta la fecha no han servido para nada y siguen siendo un grave peligroLa Paz, Baja California Sur.- El ambicioso proyecto con un elevado costo superior a los 76.5 millones de pesos, que inclusive derivó en un nuevo nombre para lo que antes era Balneario El Coromuel, y que a partir de entonces se le impusiera pomposamente: “Parque Acuático El Coromuel”, no ha cumplido las expectativas de paceños ni visitantes, a juzgar por un origen pésimamente trazado. Para sustentar lo anterior, hay que recordar cuando en 2008, las autoridades encabezadas por Narciso Agúndez Montaño y su esposa Sonia Gómez de Agúndez, acompañados de toda una corte terrenal: el secretario general de Gobierno Luis Armando Díaz, el titular de Turismo Alberto Treviño; la alcaldesa de La Paz Rosa Delia Cota Montaño, el director de Mejora Regulatoria de la SECTUR Benjamín Díaz, y hasta el obispo de La Paz, Miguel Ángel Alba Díaz, asistieron para escuchar a Agúndez decir que esta obra responde al interés de dotar a la ciudad de La Paz de un espacio que favorezca la integración familiar, la recreación y el sano esparcimiento, sobre todo en momentos en los que un sinnúmero de factores como el alcoholismo, la drogadicción y la delincuencia juvenil favorecen la conformación de familias disfuncionales. Ahí mismo, en representación del Secretario federal de Turismo Rodolfo Elizondo, el director de Mejora Regulatoria de la SECTUR Benjamín Díaz, pondría de relieve el supuesto trabajo, la presunta sensibilidad y el cuestionado liderazgo del gobernador Agúndez al incorporar la modernidad y funcionalidad a uno de los espacios más tradicionales de la ciudad, transformándolo en un parque acuático único a nivel nacional. Sin embargo, y a pesar del mensaje enviado entonces por la Premio Estatal de la Juventud 2008 y un estudiante de la escuela primaria Gregorio Torres Quintero, que agradecieron a nombre del pueblo de La Paz y de Baja California Sur: “esta magna obra que representa el interés y la atención que el Gobierno de Estado ha brindado a la niñez y juventud sudcaliforniana”, el paso del tiempo ha demostrado la realidad de los hechos. A estas alturas, por ejemplo, la mayoría de los 28 locales comerciales que ahí fueron instalados, no responden ni han respondido a las expectativas para lo que fueron construidos; eso, a juzgar por el abandono en que se encuentran lo que deja en claro que a nadie le interesa participar como comerciante; como tampoco ha sido de gran beneficio cultural el Teatro al Aire Libre que también ahí fue construido. Pero lo peor de todo han sido los toboganes, cuyos armatostes, grandes y vistosos, se han convertido no solo elefantes blancos, sino que representan un grave peligro para los asistentes, transformándose en latentes conductos, no propiamente hacía las aguas del mar, sino hacía muertes violentas. Y no es para menos, los cinco que fueron instalados, y que hasta la fecha están sin funcionar, no dejan de ser el gran atractivo para que sobre todo los niños y jóvenes, por ser los más atrevidos, se suban a ellos y se expongan a sufrir accidentes fatales. Así mismo, es digno comentar que el más grande y alto de estos toboganes, mismo que consta de 62 escalinatas la mayoría en caracol, y con 2 descansos, presenta altos signos de oxidación en sus barandales construidos a base de hierro, lo que sin duda es ocasionada por la brisa marítima, el salitre y el sol, sin descartar el deterioro que presentan en sus bases de madera. De esta manera, la inseguridad que priva, aunado al peligro que representan dichos toboganes, obligan a las autoridades a redoblar esfuerzos para que impere la vigilancia y la seguridad en el lugar, pues para propios y extraños estas estructuras ofrecen condiciones de gran peligro para la vida humana. Finalmente, habría que recordar también que el entonces director de la API, Brian Westall González dijo que de la inversión total que se requirió para la remodelación de ese espacio, y que fue de 76.6 millones de pesos, 55 millones fueron aportados por el Gobierno del Estado a través de la APIBCS; 19 millones por la SECTUR, y el restante, 2.6 millones fue por la SEDESOL, aclarándose que en esa pomposa inauguración estuvieron miles de ciudadanos, entre los que destacaron paseantes, deportistas, empresarios, legisladores federales y locales, funcionarios de los tres niveles de gobierno, y donde, acostumbrado a ello, Agúndez Montaño, en el marco de una gran fiesta popular, cortó el listón inaugural de este nuevo espacio que hasta la fecha, no llena las expectativas que demanda un destino turístico como La Paz.
Este contenido ha sido publicado originalmente por diarioelindependiente.mx si está pensando en usarlo, debe considerar que está protegido por la Ley. Si lo cita, diga la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido, ojo AL PRINCIPIO DE LA NOTA. Atte. Diario El Independiente