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Hoy es sábado, 23 de noviembre de 2024

Muestran historia de excavaciones realizadas en El Tajín

CIUDAD DE MÉXICO. La historia de las excavaciones realizadas en el Edifico 40 del conjunto arquitectónico del Edificio de las Columnas de El Tajín, se recupera en el libro Guerreros de El Tajín. Excavaciones en un

Muestran historia de excavaciones realizadas en El Tajín

Muestran historia de excavaciones realizadas en El Tajín CIUDAD DE MÉXICO.

La historia de las excavaciones realizadas en el Edifico 40 del conjunto arquitectónico del Edificio de las Columnas de El Tajín, se recupera en el libro Guerreros de El Tajín. Excavaciones en un edificio pintado, del arqueólogo Arturo Pascual Soto, el cual se presentará mañana en la Sala Francisco de la Maza del Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE) de la UNAM.

El volumen da cuenta de los hallazgos realizados, en particular del mural utilizado como relleno constructivo dentro del Edificio 40, así como el manejo técnico de la excavación, informada en Excélsior (20/05/2014), dentro de un contexto complejo, cuyos trabajos fueron realizados entre 2009 y 2012. Dichos hallazgos corresponden al periodo Epiclásico local ubicado entre los años 850 y 1050 d.C., comentó en entrevista Arturo Pascual Soto, quien continúa con los trabajos de investigación en esta zona arqueológica. “Nuestros hallazgos en este importante edificio, considerado un emplazamiento de las actividades de la elite, corresponden a un conjunto de murales excepcionales no sólo por razón de su probado valor artístico, sino por la información que proporcionan sobre una época en la que El Tajín se hallaba en plena transformación política y social”, explicó. Cabe recordar que durante dicha investigación, Soto y su equipo descubrieron cerca de ocho mil fragmentos de un mural prehispánico sepultado a casi cuatro metros de profundidad dentro del Edificio 40 del conjunto arquitectónico que es considerado la sede del poder político no sólo de la antigua ciudad. En ese momento el investigador detalló que “dicho mural fue desmontado intencionalmente de los muros que alguna vez lo exhibieron, alrededor del año 980 d.C., por tanto destruido y reutilizado en partes como relleno constructivo”. Ahora, gracias a dicha exploración se sabe que en el interior de los cuartos de este edificio, antes de su remozamiento, tanto las paredes como probablemente el techo contenían escenas de guerreros. De acuerdo con los análisis, “las figuras fueron pintadas directamente sobre un fino enlucido de cal, sin que mediara color de fondo, y aunque ataviadas de mismo modo, se organizaron en dos grandes grupos. El primero reúne los personajes cuyo tamaño es cercano a la mitad de la escala humana, mientras que en el segundo se encuentran los individuos cuya altura no sobrepasa la cuarta parte de esta misma escala”, explicó. Los estudios también han determinado, añadió, que los guerreros suelen hallarse parados sobre bandas pintadas de color azul y amarillo, ésta última también con manchas rojas. Sin embargo, bajo las bandas y sobre un fondo azul brillante se observan las deidades, entre las que se detectó una versión de Tláloc, relacionada estrechamente con las expresiones dinásticas de los gobernantes. Guerreros de El Tajín, editado por el IIE de la UNAM, da cuenta de la historia del Edificio 40  y detalla cuáles fueron las excavaciones realizadas, los daños y las alteraciones en el contexto arqueológico, las distintas intrusiones a lo largo del tiempo y los distintos análisis realizados in situ. Además, muestra el procedimiento realizado para la excavación y conservación de los fragmentos del mural, desde las excavaciones de prueba hasta la instalación y operación de las cribas, los criterios de la excavación estratigráfica hasta la consolidación y conservación de los materiales. Cabe señalar que el Edificio de las Columnas es único en la región, ya que éste no sólo enfatiza la presencia de un patio central que luego de varias reformas constructivas, obtuvo en el siglo X d.C. el aspecto que hoy conserva. Finalmente, Arturo Pascual Soto comentó que los murales del Edificio 40 aún están en proceso de consolidación y estudio. “Pero ahora sabemos que en ellos aparece plasmado el lenguaje de las elites de su tiempo, fragmentos de una ideología y de un sistema de creencias sobre los que se construyó la etapa final de una de las civilizaciones más importantes del México antiguo”.