• La Universidad es pionera en el estudio de pastos marinos para su protección y tiene la mejor base de datos sobre Zostera marina en el noroeste de México, advierte el Dr Riosmena
La Paz, Baja California Sur.- El Dr. Rafael Riosmena Rodríguez, profesor-investigador del Departamento Académico de Biología de la UABCS, señaló en entrevista para este medio, que la Universidad ha dedicado muchos
esfuerzos de manera institucional a trabajar con los manglares, debido a la gran biodiversidad que rodea a estos ecosistemas.
El estudio de manglares, una línea de investigación de suma importancia
Desde hace varios años, se han realizado varios proyectos de investigación al interior de la casa de estudios para conocerlos y entender su relación con otras especies. Por ejemplo, el Laboratorio de Botánica Marina ha aportado mucho al tema de macroalgas e invertebrados asociados a los manglares de la zona. De igual manera, el Laboratorio de Aves también se ha sumado a estos esfuerzos científicos, haciendo investigación en Bahía Magdalena y Balandra sobre aves hemisféricas relacionadas con los sistemas de manglar.
A medida que el tiempo ha avanzado, se han diversificado los trabajos y se han formado nuevas colaboraciones institucionales. Prueba de ello son los trabajos con estructuras tróficas que se han hecho en coordinación con el CIBNOR; o investigaciones que tienen que ver con la genética de especies en alianza con la Universidad Autónoma de Baja California.
A su vez, el investigador señala que existen proyectos muy importantes que se han hecho junto con la Universidad de California, relacionados con la funcionalidad de los mangles en Áreas Naturales Protegidas (ANP’S) de San Ignacio y Vizcaíno.
Otro aspecto a destacar por Riosmena Rodríguez es que la Universidad es pionera en el estudio de pastos marinos para su protección y tiene la mejor base de datos sobre Zostera marina en el noroeste de México, razón por la cual se encuentran interactuando con investigadores extranjeros para tratar de comprobar cuál es la situación de la especie en su rango de distribución en Norteamérica.
“Debemos entender que los manglares, junto con otros ecosistemas, no están desconectados en el océano, razón por la cual es necesario poner gran interés en cómo se relacionan con otros ambientes y especies; de lo contrario, serían seriamente dañados”, explica el catedrático.
En el caso de los manglares del Golfo de California, destacó que, de acuerdo a estudios que han realizado en colaboración con otras instituciones, han observado que tienen una baja capacidad reproductiva; lo que quiere decir que, aunque se reproducen, no tienen tanto éxito como en otras regiones del país.
Esto es importante destacarlo porque muchas veces se piensa en “la restauración” como una solución práctica, cuando la realidad es que si este mecanismo se hiciera correctamente y tuviera éxito, “tardaríamos varios años observar un manglar mínimamente como lo tenemos hoy”.
En el lado del Pacífico, específicamente en Bahía Magdalena, dijo que podemos encontrar uno de los manglares con mayor dimensión, incluso del país. Por lo cual celebró que la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad lo haya declarado zona especial, ya que es un área de gran importancia para distintas especies como la tortuga prieta y una gran cantidad de arácnidos.
En este sitio, señaló, ha trabajado intensamente con un grupo de estudiantes y científicos en temas de biodiversidad y flujos tróficos. Esto los ha llevado a observar que la salud del manglar, actualmente, es un poco cuestionable, pues se ha encontrado la presencia de varios hongos patógenos en sus hojas.
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