• Juan Olachea sostiene que la venta de sus burritos permite que su familia pueda vivir dignamente La Paz, Baja California Sur.- Hace seis años fue el día en que Don Juan Olachea, decidió dejar su oficio de taxista para dirigirse al malecón de La Paz y ofrecer en su automóvil los burritos que preparaba su esposa, Doña Carmen; en ese momento consideró que las 06:00 horas era el momento ideal de apertura para vender el desayuno a sus compañeros del Sitio California, con su respectivo vaso de café de grano. Aunque, con el pasar de los días, fueron los propios clientes quienes le sugirieron llegar “más temprano” para alcanzar a “otro tipo de público”.

El “Burromóvil” del Malecón de La Paz

Las opiniones provinieron de los empleados de antros y bares de la zona dorada aledaños al quiosco del Malecón, quienes al platicar con él, le proponían que llegara unas cuatro horas antes, cuando los clubes nocturnos ubicados en el Centro Histórico piden retirarse a los que ahora son los mejores clientes del “Burromóvil”: los “trasnochados” que disfrutan la fiesta hasta que los bares cierran sus puertas. Don Juan Olachea decidió experimentar con esta propuesta y observó cómo sus ventas se incrementaban, hasta que un día logró vender toda su mercancía. Actualmente vende hasta 220 burritos los días viernes y sábados; mientras que los miércoles y jueves, puede llegar a vender 150, con un precio de 15 pesos cada uno. De domingo a martes, el “Burromóvil” descansa. Cabe mencionar que el negocio familiar está debidamente establecido en las calles Ignacio Altamirano y Colima, aunque Juan Olachea asegura que a falta de otro instrumento para trabajar, el “Burromóvil”, un Toyota Corolla bautizado así gracias a otra ocurrencia de sus clientes, ha sido un servicio de venta de alimentos muy demandado y reconocido por los paceños. Doña Carmen inicia con la preparación de los alimentos desde las 17:00 horas para que todo esté listo antes de la 1:30 am del día siguiente. La venta inicia a las 2:00 horas, y solamente tienen que pasar tres o cuatro horas para que todo el producto ya se haya terminado y Don Juan esté en casa descansando de su jornada laboral. Los burritos que se ofrecen son de carne deshebrada y de frijol con queso. Opcionalmente puedes agregarle crema, y algunas salsas picantes, roja y verde. El vendedor asegura que su bocadillo es sumamente “sencillo”, pero reconoció que puede llegar a ser “adictivo”. La persona que más burritos ha comido en una sola ocasión fue un turista proveniente de Sinaloa, quien pudo ingerir 20 piezas. Aunque este es un trabajo de “todo el día”, Juan Olachea y su esposa Carmen cubren, a través de este negocio, todos sus gastos familiares y del hogar; además sus dos hijos trabajan en él para así poder pagar sus estudios de licenciatura en Contabilidad y Administración de Empresas en la Universidad Mundial. El jefe de familia asegura que “gracias a Dios” todos los miembros de la familia pueden vivir dignamente con el ingreso que representa la venta de burritos. Por último, “Don Burrito”, como es llamado con aprecio por algunos de sus clientes, envió un agradecimiento a las personas que ayudan a que día con día su negocio tenga éxito. Aseguró que se encuentra a la orden y listo para atender a todos aquellos “desde meseros hasta turistas” que busquen un poco de alimento entre las dos y las seis de la mañana en el malecón costero de la ciudad de La Paz.

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