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Hoy es martes, 26 de noviembre de 2024

Casa Valentina, el hogar de historias exitosas, pero también dolorosas

• Casa Valentina recibe a niños con Cáncer en Sudcalifornia para darles tratamiento y con ello salvar sus vidas; se encuentra a un costado del hospital Juan María de Salvatierra, en la capital del estado La Paz,

Casa Valentina, el hogar de historias exitosas, pero también dolorosas

Casa Valentina, el hogar de historias exitosas, pero también dolorosasCasa Valentina recibe a niños con Cáncer en Sudcalifornia para darles tratamiento y con ello salvar sus vidas; se encuentra a un costado del hospital Juan María de Salvatierra, en la capital del estado La Paz, Baja California Sur.- Un día de tantos del año pasado, -y quizás bajo el principio de que nadie es profeta en su tierra-, Sergio, partió de su natal Zacatecas abrazando la idea de alcanzar una mejor vida para él, sus hermanos y sus padres que vivían una extrema pobreza en aquel lugar. A sus 16 años, aquel adolescente vislumbraba prosperidad desempeñándose con éxito en tareas turísticas en el Municipio de Los Cabos sin dejar de contactar a su familia a quienes enviaba gran parte de lo que obtenía producto de su trabajo.

Casa Valentina, el hogar de historias exitosas

Sin embargo, a los pocos meses de su estancia en esa región sureña, Sergio se vio precisado a acudir a un médico luego de empezar a sufrir extraños síntomas en su cuerpo, tras lo cual una vez realizados los estudios y análisis correspondiente le diagnosticaron leucemia. Fue así como Sergio llegó a Casa Valentina, no sin antes haber comunicado a sus padres la noticia, y lo más pronto posible al mismo lugar se trasladó su madre doña Consuelo, acompañada de su hijo menor de 3 años: “disculpe, señorita, pero yo no conozco esta ciudad, no sé qué hacer sola, sin dinero y con este niño pequeño que viene conmigo aparte del gran dolor que traigo en mi corazón por lo que le paso a mi hijo Sergio”, le explicó entonces a la directora. “No se preocupe señora, ha llegado usted a un verdadero hogar donde será atendida, donde encontrará paz, tranquilidad, y donde Sergio está siendo atendido como se merece y usted no gastará dinero alguno por todo esto”. Lamentablemente, poco tiempo después Sergio falleció derivado de esa leucemia que a veces se le califica como agresiva. Pero a pesar de todo: “al igual que lo hacemos siempre, nos preocupamos por darle a Sergio la comprensión y calidad de vida en sus últimos momentos”, dice la directora. Quizás por eso fue que doña Consuelo, resignada alcanzó a decir: “gracias por todo señorita pero sobre todo gracias a Dios que por más de 15 años me dio la oportunidad de tener conmigo a un angelito como Sergio”. “Así es como aquí somos partícipes del dolor y el sufrimiento, pero en muchas ocasiones también palpamos el gozo, la felicidad de otras familias cuando podemos contar historias de aquellos que han vencido el cáncer”, dice Yesenia Ramírez Saldaña, la Directora. Y me platica algunas exitosas como la de Estrellita, de 8 años, considerada la primera paciente de Casa Valentina y así lo hace: “Se trataba de una niña proveniente de una familia carente de todo, de recursos, de alimentos, de vivienda, y lo peor abrazada por el cáncer, pero finalmente, luego de una encarnizada lucha contra esta enfermedad, finalmente se le dio de alta en diciembre pasado y en estos momentos felizmente cursa sus estudios en primaria”. Más, las historias exitosas que surgen de Casa Valentina no concluyen ahí, pues está también la de Evelyn una adolescente de 15 años a quien originalmente diagnosticaron un tumor canceroso y quien para su atención, -al no existir aquí un lugar de albergue para esas edades- la trasladaron a la ciudad de México en donde los médicos la desahuciaron y tiempo después la tuvieron que regresar a La Paz, donde, tomando en cuenta que ya se había inaugurado el Módulo de Atención para Adolescentes en la Casa Valentina, ahí la recibieron. Sin más, los médicos especialistas actuaron, manifestándole que habrían de amputarle una de sus piernas a lo cual la adolescente respondió: “yo deseo seguir viviendo, y aun cuando sea con una pierna estoy segura de que seguiré de pié, así es que adelante, doctor”. Entonces me dice la directora: “después de haber sido dada de alta, hoy, Evelyn es una adolescente muy positiva, alegre, llena de energías, que sigue sus estudios y para nosotros es un ejemplo de vida”. Casa Valentina, enclavada en el mismo predio del Hospital Juan María de Salvatierra, nace gracias a las gestiones del DIF Estatal y el apoyo de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción y tras una gran preocupación por los niños y niñas que padecen cáncer, y quienes tenían que ser trasladados a otros estados para ser atendidos. Su universo de atención promedia en 45 niños y niñas, que es la totalidad de quienes lamentablemente presentan la enfermedad, “es decir, a nadie se le ha dicho que no se le puede atender”, puntualiza la directora. Hay, desde Casa Valentina, los Ángeles Guardianes que están alertas como son: la señora Gabriela Velázquez de Mendoza, los médicos, Altamirano, del departamento Hemato Oncología Pediátrico y Rangel, quien es Oncólogo Pediatra, además de Dinorah de Haro Inda, de la institución solidaria SOLMAR, y Carlos Rivas de Isaola quien fuera Presidente de la CMIC. En Casa Valentina, sobran las historias, ahí están también los ejemplos de Mary, Manuelito y Gian Carlo; e igualmente de Adriana de Lupita, de Santiago, niños pequeños que con sus cabecitas escasas de cabello y sus ojos tristones por el sufrimiento que guardan muy en su interior, no le niegan la sonrisa a la vida. Y no es para menos: “aquí en lugar de traer en la mano el reglamento, la normatividad, hay que traer el corazón para darles las palabras de aliento que todos necesitan, de que todo va a ir bien, y además, porque una de las cosas que aprendemos es que siempre debemos actuar y adoptar la actitud de una madre para todos ellos, y porque por sobre todas las cosas la principal experiencia es que desde aquí aprende uno a conocer el lenguaje de Dios de la manera más clara que ser humano o religión lo puede enseñar…”, me dijo finalmente y a modo de reflexión la directora. Casa Valentina, el hogar de historias exitosas, pero también dolorosas

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