CIUDAD DE MÉXICO. A veces no basta ser el músico vivo más famoso del mundo ni una leyenda viviente de The Beatles para poder entrar a una exclusiva fiesta donde su nombre no figure en la lista de invitados VIP, ta
A veces no basta ser el músico vivo más famoso del mundo ni una leyenda viviente de The Beatles para poder entrar a una exclusiva fiesta donde su nombre no figure en la lista de invitados VIP, tal y como le sucedió al mismísimo Paul McCartney,a quien anoche se le negó el acceso al "after party" de los Grammy, organizado por el rapero estadunidense Tyga, en un club de Los Ángeles.
En su mansión puede tener 20 gramófonos dorados en su vitrina del ego, pero eso no le sirvió de nada al músico británico de 73 años, quien iba acompañado de sus colegas Beck y Taylor Hawkins (baterista de los Foo Fighters), en busca de divertirse tras la 58 edición del Grammy, en el local The Argyle en Hollywood. Sin embargo los guardias de seguridad del local, aquí conocidos como "cadeneros" no le permitieron la entrada a una fiesta del novio de Kylie Jenner, media hermana de Kim Kardashian, pues no les importó que fuera un beatle para dejar de ser "non grato" en el lugar. Luego de dos intentos con sus respectivos rechazos, entre risas y frases como“¿Qué tan famosos debemos ser para poder entrar?” o “¡Necesitamos otro hit!”, tuvieron que regresar a sus automóviles. McCartney y compañía se dirigieron a otra fiesta, en este caso organizada por la disquera Republic Records, donde también estaban Tony Bennet, Taylor Swift yThe Weeknd, entre otros.