• Con una memoria quirúrgica, una precisión matemática y una imaginación inagotable, improvisar cualquier sucesión de notas y acordes era en extremo sencillo para él

Ciudad de México.- Hoy hace 260 años nació un paradigma y hasta entonces músico sin precedentes ni parangón: Joannes Chrysostomus Wolfgangus Theophilus Mozart. El prolífico compositor de Salzburgo, a cuya altura tal vez solo uno dos (Bach y Beethoven) llegaron, compuso 626 opus, entre los que figuran desde breves sonatas hasta las más elaboradas sinfonías. Empezando con instrumentos como el teclado y el violín, ya a los 5 años componía. Antes de la adolescencia ya visitabas cortes y salones reales para tocar el piano, y el efecto que en los oyentes producía siempre era favorable y enriquecedor. Mozart, el siempre alegre, enérgico y entusiasta, era ya a los 17 años un respetado músico de la corte de Salzburgo. El de la Primera Escuela de Viena es reconocido más que por otras, por la Sinfonía n° 40 y el Requiem para su padre, pero escribir todas cuantas piezas destacan resultaría en una retahíla interminable. De éstas, hay 22 óperas, 41 sinfonías (13 de ellas creadas en la infancia temprana), más de veinte misas, decenas de conciertos para casi todo tipo de instrumentos, arias, cánones, óperas, composiciones de corales y cuartetos de cuerda. Con una memoria quirúrgica, una precisión matemática y una imaginación inagotable, improvisar cualquier sucesión de notas y acordes era en extremo sencillo para él. Mientras algunos músicos se demoraban meses en componer una sinfonía completa, Wolfgang podía hacerlo en cuestión de horas. A pesar de haber muerto a los 35 años, tuvo 6 hijos con Constanza Weber. Hay decenas de hipótesis sobre su muerte: triquinosis, insuficiencia renal, fiebre reumática aguda y bronconeumonía, entre muchas otras. Destaca la de la posibilidad de envenenamiento por su rival el compositor Antonio Salieri. Esta última tesis es narrada en la película Amadeus (1984), ganadora de 8 premios Óscar, y que recomendamos enfáticamente.