NUEVA YORK.
Una mujer mantuvo a dos niños surcoreanos como esclavos en su domicilio de Nueva York durante seis años, según una acusaciónhecha pública por las autoridades.
Las víctimas, una niña que ahora tiene 16 años y su hermano de 14, fueron trasladadas desd
e Corea del Sur a Estados Unidos por un familiar de la sospechosa en enero de 2010, explicó en un comunicado la Fiscalía.
Mantuvo como esclavos a dos niños coreanos
Según la acusación, la mujer
-Sook Yeong Park, de 42 años- confiscó los pasaportes de los menores y cortó todo contacto con sus padres, manteniéndolos como rehenes.
Les obligaba a hacer tareas del hogar hasta bien entrada la noche y a trabajar fuera de la casa y darle todos los ingresos. A cambio, las víctimas supuestamente recibían un lugar para dormir en el suelo sin colchón", dijo en un comunicado el fiscal del distrito de Queens,
Richard A. Brown.
Según las autoridades,
Park obligaba a la niña tras ir a la escuela a trabajar casi a diario durante unas 10 horas, hasta las 02:00, limpiando su residencia y forzándola a darle masajes en la espalda y los pies y hacerle manicuras y pedicuras.
Además, durante años la mujer supuestamente obligó a la menor a trabajar también varios días a la semana en tiendas del barrio, quedándose con todo el dinero que ganaba.
Su hermano también tuvo que trabajar al menos un día al mes en un establecimiento desde agosto de 2015, mientras que Park les decía a los dos que tenían que reunir fondos para pagar sus gastos dado que su madre no estaba enviando dinero desde
Corea del Sur.
Según la acusación, la mujer también golpeó en varias ocasiones a los menores.
El pasado 7 de enero, el subdirector de la escuela a la que acudía la niña, tras ver hematomas en sus piernas, acudió al domicilio de Park y le exigió la entrega de los pasaportes de los niños.
La Policía fue notificada de los supuestos golpes que recibían los niños y detuvo este fin de semana a la sospechosa, que quedó en libertad bajo fianza tras ser acusada de varios cargos.
De ser considerada culpable puede ser condenada a una pena máxima de siete años de cárcel.