CIUDAD DE MÉXICO.
El
Museo Experimental El Eco presenta el segundo volumen de
Ediciones Eco, el cual consiste en una exposición portátil conformada por ocho serigrafías impresas sobre papel fabriano, dentro de una carpeta. Todas las piezas dialogan con la poesía concreta y con las experimentaciones de Mathias Goeritz con el lenguaje. En esta ocasión los artistas que participan son Eugene Gomringer, Martha Hellion, Otto Berchem, Carlos Amorales, Roger Adam, Jessica Wonzy, Minam Anpag y Hansjorg Mayer, quien también diseñó la carpeta.
Macarena Hernández, quien se encuentra al frente de la edición, comenta que Mathias Goeritz perteneció al movimiento de poesía concreta internacional, un género en el que lo visual y la distribución espacial de las palabras, grafías y dibujos, tienen la misma importancia.
“El artista organizó en la década de los sesenta una exposición en la Galería Aristos de la Universidad, en la que reunía mucho material de poesía, la exhibición se tituló Poesía concreta internacional. En el catálogo se encuentran textos de Max Bense, un filósofo de la época que definió lo que es poesía concreta, de Ida Rodríguez, en el que habla de la relación de la poesía con la magia y el juego, y algunas obras”, explica.
Las serigrafías de
Ediciones Eco se expondrán en el museo y también estarán a la venta, el proyecto busca recaudar fondos destinados para las publicaciones del recinto. El formato de las piezas es el mismo, 40 por 40 centímetros y tienen un costo total de 20 mil pesos. El tiraje es de 17 ejemplares, dos se quedarán en los archivos del Centro de Documentación Arkheia / MUAC y del Museo El Eco y 15 estarán abiertas a compra.
Hernández añade que para el proyecto se inspiraron “en las carpetas de Hansjorg Mayer, un editor, artista e impresor, que en la década de los sesenta invitó a Goeritz y a otros artistas a enviarle poemas para él interpretarlos con una máquina Letterpress y hacer carpetas. De ahí surgió la idea de hacer un proyecto colectivo, internacional, que pueda integrar a artistas de distintas generaciones y que al mismo tiempo continúa con un interés de Goeritz que es la relación de la palabra con la imagen y la poesía”.
Para la segunda edición se tomó como referencia el
Poema plástico (1953) de Goeritz, el cual está incrustado en la torre amarilla dentro del museo El Eco. Hernández señala que el poema “apunta a la capacidad del lenguaje de modelarse, de la abstracción de la poesía hacia la forma física y su cualidad de realzar ideas o imágenes mentales. La ‘caligrafía’ encarna el mensaje, experimenta una serie de transformaciones para ajustarse lo más posible a esa experiencia no lingüística que lo fundamenta”, dice.
También añade que este tipo de producción recuerda al
zaum de los artistas futuristas rusos: un idioma transrracional, translingüístico, caracterizado por la indeterminación del significado y que, además, apostaba por la exploración del sonido, creado con el fin utópico de lograr un alcance universal.
Finalmente comenta que
Ediciones Eco intenta abonar al campo de la Poesía Visual en México, pues hace falta una antología y más publicaciones que indaguen en este campo artístico.