MIAMI La cinta “Concussión” (La verdad oculta), protagonizada por Will Smith, se ha levantado como un fuerte contrapunto para la NFL al denunciar el peligro al que están expuestos los que practican el futbol ameri
La cinta “Concussión” (La verdad oculta), protagonizada por Will Smith, se ha levantado como un fuerte contrapunto para la NFL al denunciar el peligro al que están expuestos los que practican el futbol americano.
Cuando están por disputarse las finales de la Liga Nacional de Futbol (NFL) este fin de semana, la cinta en la que Smith encarna al médico nigeriano Bennet Omaulu, descubre la realidad que viven muchos jugadores y ex jugadores que denuncian que los golpes que han sufrido en la cabeza durante los partidos han tenido repercusiones.Es un combate hermoso y violento con el cuerpo humano como un arma, en el que las cabezas están en el camino y se estrellan (...) y eso no hay manera de ignorarlo”, escribió en una fuerte crítica John Kass, columnista del Chicago Tribune.De acuerdo con Kass, la película podría generar un dilema ético en los padres de familia que aman ese deporte e impulsan a sus hijos a practicarlo, pero que ahora conocen los riesgos del futbol americano sobre la salud mental de los jugadores. Por otra parte, está el factor económico, ya que la industria alrededor de este deporte podría ver mermadas sus ganancias, debido al impacto que podría causar la cinta entre el público estadunidense. “Concussión” se traduce como conmoción cerebral y jugadores claves de gran talla han sufrido este tipo de lesiones que han marcado su carreras como Steve Young (San Francisco), Troy Aikman (Dallas) y Jim McMahon (Chicago, San Diego, Filadelfia, Minnesota, Arizona y Green Bay). Omalu, un patólogo inmigrante nigeriano, descubrió en la mesa de autopsias, al estudiar los cerebros de varios exjugadores de la NFL, la Encefalopatía Traumática Crónica (CTE, por sus siglas en inglés). El CTE es un trastorno asintomático, cuyas secuelas aparecen años después y se manifiestan en brotes psicóticos, demencia y suicidio. Omalu notó algo extraño en 2002 cuando realizó una autopsia al cuerpo de Mike Webster, quien fuera un famoso jugador de los Acereros de Pittsburgh conocido como “Iron Mike”, quien murió el 24 de septiembre de ese año a los 50 años de edad. Webster, quien acostumbraba mostrar sus brazos gigantes con mangas cortas en las temperaturas gélidas, ganó tres campeonatos a finales de la década de los 70 y participó en 245 partidos en su carrera después de su última temporada en 1990. Entró al Salón de la Fama en 1997 y en 1999 fue diagnosticado con daño cerebral a causa de los golpes recibidos en los juegos. Tras su retiro, Webster sufría de problemas mentales y financieros y falleció de un ataque al corazón. En su autopsia, Omalu esperaba encontrar un cerebro parecido al de un boxeador con demencia pugilística, pero este lucía normal, lo que le hizo sentirse confundido. El médico ordenó entonces exámenes especiales al cerebro de Webster e incluso se lo llevó a su casa durante seis meses para estudiarlo. Al mirar a través de diapositivas manchadas, el médico dijo en un reportaje publicado inicialmente en la revista GQ que descubrió acumulaciones de proteínas tau, que se asocian con enfermedades como el Alzheimer. Tras buscar en la literatura científica para casos similares que implican los jugadores de futbol americano no encontró nada, así que decidió llamar al padecimiento Encefalopatía Traumática Crónica. Omalu encontró que el impacto repetitivo a la cabeza similar al que los jugadores de futbol americano reciben durante el juego, provoca lesiones microscópicas en el cerebro. Cientos de estos golpes con el tiempo causan daño cerebral permanente y puede tomar semanas, meses, años, décadas para que comiencen a manifestarse los síntomas con trastornos del estado de ánimo, depresión, intento de suicidio y la pérdida de la inteligencia, de acuerdo con Omalu. El médico estudió también los cerebros de jugadores que murieron en circunstancias dudosas, como Justin Strzelczyk, Terry Long y Andre Waters, representados en la película. Strzelczyk murió en un choque frontal cuando huía de la policía al ir en sentido contrario en una autopista; Waters se mató de un tiro en la cabeza y Long murió al beber fluido anticongelante. La meta de Omalu era crear conciencia con su descubrimiento entre la comunidad de este deporte para preservar la salud de los jugadores, pero lo que encontró fue la furia de la NFL. De acuerdo con Omalu, la liga le “respondió de manera agresiva” y lo acusó de “practicar algo que no era ciencia”, tras acusarlo de “fraude” en una carta, pero eso no logró intimidarlo. Omalu ha dicho estar contento con el resultado de la película “Concussion”, en la cual estuvo envuelto en el proceso de producción y ha elogiado la actuación de Will Smith.