Ciudad de México.- Las ventas de armas en
Estados Unidos están por reportar su mejor año este 2015 desde que se tiene registro, a pesar de la psicosis generada tras la serie reciente de masacres, según estimaciones del gobierno federal.
Luego de la
masacre de Colorado, que en noviembre causó la muerte de tres personas, y del ataque que en San Bernardino quitó la vida a 14 individuos, los estadunidenses han reaccionado con el mismo patrón registrado en tragedias anteriores: comprando más armas.
Ante los llamados de organismos civiles y del presidente
Barack Obama para que el Congreso apruebe controles más estrictos a la venta de armas, los entusiastas del armamento se abastecen de mayor poder de fuego en anticipación de una mayor regulación.
A juzgar por las cifras de venta y en sintonía con el argumento de la industria armamentista en Estados Unidos, para el comprador promedio las armas no son un factor central de la elevada violencia en el país, sino parte de la solución.
El Viernes Negro, el día de mayor volumen de ventas en Estados Unidos y cuando ocurrió la masacre de Colorado, la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) procesó 185 mil 345 indagaciones de antecedentes de potenciales compradores de armas, la mayor cifra para un sólo día.
La cifra del
Viernes Negro contribuyó a que noviembre fuera uno de los meses con el mayor número de investigaciones de antecedentes desde que en 1998 comenzaron estos registros en
Estados Unidos.
A tal incremento se suma el probable repunte en las ventas de armas luego de la masacre de San Bernardino, ocurrida el 2 de diciembre, que tiene el potencial de generar aún más temor en Estados Unidos debido a que el incidente es investigado como un caso de terrorismo.
Así, con casi 20 millones de investigaciones en los primeros 11 meses, 2015 apunta a convertirse en el año con el mayor número de esta clase de averiguaciones de parte del
FBI.
Pese a que investigaciones de antecedentes no coinciden con la cifra real de ventas de armas, debido a que muchas averiguaciones concluyen prohibiendo la transacción, estas estadísticas son las únicas referencias nacionales para medir las variaciones en el comercio de armamento en el país.
Las cifras reales de venta de armas en
Estados Unidos, sin embargo, podrían ser mucho mayores de lo que las estadísticas del
FBI sugieren debido a que el comercio realizado entre particulares no requiere de investigaciones de antecedentes.
La compra masiva de armamento en Estados Unidos tras las masacres quedó bien establecida en 2012 durante el tiroteo de la escuela primaria de Sandy Hook, en que 20 menores de edad fueron ejecutados.
Tras esa masacre, el FBI registró cifras récord de investigaciones de antecedentes.
Al temor por los tiroteos llevados a cabo en estos meses recientes por personas mentalmente desequilibradas se suman las ansiedades xenofóbicas contra los refugiados musulmanes y la amenaza que supone el grupo extremista autodenominado Estado Islámico.
El clima de temor y el repunte consecuente en la venta de armas en Estados Unidos, se refleja nítidamente en los incrementos espectaculares en el precio de las acciones de los mayores fabricantes de armamento en este país.
Tan sólo en los últimos 30 días, el valor accionario de la empresa Smith & Wesson y de su rival Sturm, Ruger & Company ha repuntado 18.13 por ciento y 13.75 por ciento, respectivamente.
El otro gran fabricante de armas listado en el mercado de valores de Estados Unidos, Olin Corp, ha reportado un relativamente modesto 3.20 por ciento de aumento en su valor accionario en los últimos 30 días.
De acuerdo con el diario The New York Times, tras las masacres, "los estadunidenses se están armando otra vez: almacenando más armas y municiones, llevando armas a sus rutinas diarias y solicitando cursos de entrenamiento en los campos de tiro".