México.- La justicia española condenó hoy a 18 años de prisión a los padres de una menor acusados de su asesinato, con el agravante de parentesco, informó hoy el Tribunal Superior de la región de Galicia (noreste),
México.-
La justicia española condenó hoy a 18 años de prisión a los padres de una menor acusados de su asesinato, con el agravante de parentesco, informó hoy el Tribunal Superior de la región de Galicia (noreste), donde se produjo el crimen en 2013.
El caso,
ampliamente seguido por los medios de comunicación españoles, fue sometido a la decisión de un jurado popular, que el pasado 30 de octubre declaró culpables a Alfonso Basterra y Rosario Porto de la muerte de su hija adoptiva Asunta, de doce años.
La víctima fue encontrada sin vida en una pista forestal de una pequeña localidad gallega el 22 de septiembre de 2013 con síntomas de asfixia.
El jurado consideró que los dos acusados, separados ya en la época del suceso, mataron a la pequeña de acuerdo a un plan "concordado" entre ambos y que la víctima no tuvo posibilidad alguna de defenderse.
La niña, de origen chino, fue encontrada por dos viandantes en una pista de la provincia de La Coruña, cerca de una vivienda de la familia, y en la que supuestamente pasó la tarde de aquella jornada clave su madre, Rosario Porto.
Según el relato dado por los padres condenados, ambos comieron con su hija en la casa de Alfonso Basterra ese 21 de septiembre.
El almuerzo, según ellos, transcurrió de forma normal y Asunta salió en perfectas condiciones, para ir precisamente camino de la vivienda de la madre y realizar tareas escolares.
La autopsia reveló que la pequeña, durante o después de la comida, tuvo que ingerir hasta veintisiete pastillas de un ansiolítico que consumía su madre y que durante ese verano adquirió su padre en una farmacia.
Alfonso Basterra contó en el juicio que vio por última vez a su hija en esa comida y Rosario Porto admitió que acompañó a la pequeña hasta la casa familiar cercana a la pista donde fue encontrada, aunque insistió en que después la devolvió a Santiago de Compostela a casa de otros familiares.
Las cámaras de vigilancia de diversos edificios de esa ciudad, en cambio, sólo muestran un único viaje de la madre hacia la casa rural, con Asunta, y otro de vuelta, ya sin la niña.