• BCS, con una escasa población, registra más de 200 mil personas en situación de pobreza
Dionicio Lara Lucero
La Paz, Baja California Sur.- A juzgar por la gran cantidad de personas que duermen en banquetas, traspatios, áreas de estacionamiento, a las afueras de centros hospitalarios, parques y jardines, y que por consecuencia pasan hambre y frío, la
necesidad de una Casa de Asistencia Social ya se ha vuelto una prioridad en esta ciudad.
Necesaria una casa de asistencia social en La Paz
Si bien es cierto, la pobreza extrema no ha causado estragos en Baja California Sur y mucho menos la hambruna, lo cierto es que la primera de estas empieza a asomar su rostro derivado de la migración que desde hace años se ha empezado a resentir de manera
especial en la ciudad de La Paz y sobre todo en Los Cabos.
Es sabido que a quienes más afecta la pobreza son a los niños y niñas. Aunque la privación grave de bienes y servicios perjudica a todos los seres humanos, resultando más amenazante para los derechos de la infancia: a la supervivencia, la salud y la nutrición, la educación, la participación y la protección contra el peligro y la explotación. Estableciendo por tanto un entorno que perjudica el desarrollo infantil de muchas maneras, es decir: mental, física, emocional y espiritualmente.
Por otro lado, la pobreza contribuye a la desnutrición, que a su vez es un factor importante en más de la mitad de las muertes de menores de cinco años en los países en desarrollo. Es decir, de acuerdo a cifras internacionales, alrededor de 300 millones de niños y niñas se van hambrientos a la cama de todos los días. Y de esta cifra, solamente un 8 por ciento son víctimas del hambre o de otras situaciones de emergencia, y de la misma forma más de un 90% sufre desnutrición a largo plazo y carencia de micronutrientes.
En el caso particular de Baja California Sur y de acuerdo a cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), en el 2012 el porcentaje de población en situación de pobreza fue de 30.1, que equivale a 202,965 personas en esta condición.
Dentro de este porcentaje se ha contado la población con las carencias sociales de rezago educativo, carencia por acceso a los servicios de salud, carencia por acceso a la alimentación, carencia por calidad y espacios en la vivienda y carencia por acceso a los servicios básicos en la vivienda, y lo peor, aunque en menor escala se encontró a la población con carencia por acceso a la seguridad social.
En cuanto a la hambruna, que es considerada como un proceso socioeconómico mediante el cual un grupo social sufre un progresivo deterioro de su sistema de alimentación, la escasez de recursos y alimentos provoca la aparición de enfermedades y epidemias, desplazamientos y, en casos extremos, una elevada tasa de mortalidad, de tal manera que para que se dé una situación de hambruna son necesarios unos condicionantes previos. Ante todo, la población tiene que ser de alguna manera vulnerable, siendo la pobreza el mayor factor de vulnerabilidad y a esto le suelen suceder uno o varios factores que actúan como detonante: un conflicto armado, catástrofe natural, etc., dejándose en claro que durante las hambrunas, la verdadera asesina es la enfermedad, no el hambre, toda vez que una escasez de alimentos prolongada debilita a la población, dejándola totalmente expuesta a epidemias e infecciones.
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