NUEVA YORK, 30 de septiembre.–
El presidente de Cuba, Raúl Castro, vinculó ayer la consecución de nuevos avances hacia la normalización con Estados Unidos a una actuación más contundente contra el embargo del mandatario estadunidense, Barack Obama, quien a su vez pidió más reformas y respeto a los derechos humanos en la isla.
Castro y
Obama celebraron en la sede de la
ONU su segunda reunión desde el anuncio, hace nueve meses, de un proceso de normalización de las relaciones bilaterales y la primera desde la reapertura de las embajadas en
Washington y
La Habana en julio pasado.
La lectura que hicieron los dos gobiernos al término del encuentro fue muy distinta, reflejo de las grandes diferencias que todavía persisten para lograr la normalización plena.
“No habrá normalización con bloqueo, y no habrá progreso sustancial en el proceso de normalización sin cambios sustanciales en la aplicación del bloqueo”, explicó en una conferencia de prensa el canciller cubano, Bruno Rodríguez.
Según el canciller cubano, hasta ahora las acciones de
Obama en ese ámbito “no tocan ningún hecho significativo de la aplicación del bloqueo contra Cuba” y su alcance y profundidad han sido “limitadísimas”.
“El bloqueo impuesto a Cuba persiste en su totalidad, está en completa aplicación, no ha sido en absoluto modificado”, insistió el canciller, quien recordó, además, que para la isla la devolución de los territorios donde se encuentra la base estadunidense de Guantánamo es un “elemento de alta prioridad”.
Por su parte,
la Casa Blanca emitió un comunicado en el que explicó que
Obama dijo a Castro que las “reformas continuas” en
Cuba “aumentarían el impacto” de los cambios adoptados por su gobierno para relajar el embargo hacia la isla, cuya eliminación completa depende del Congreso estadunidense.
En ese sentido, Obama destacó ante Castro los recientes “cambios normativos” anunciados por su gobierno y que “permitirán a más estadunidenses viajar y hacer negocios con Cuba”, además de “ayudar a mejorar la vida del pueblo cubano”.
Derechos humanos
La semana pasada entraron en vigor nuevas normas adoptadas por el gobierno de Estados Unidos que amplían a sus ciudadanos las facilidades para viajar, hacer negocios, enviar remesas y prestar servicios de telecomunicaciones en
Cuba, aunque el turismo sigue prohibido.
Además, el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, comentó a los periodistas en el avión de regreso a
Washington que
Obama “reafirmó” ante Castro su “compromiso” con lograr que el gobierno cubano
“haga un mejor trabajo” en la protección de los derechos humanos de sus ciudadanos.
La reunión de ayer siguió a la que
Obama y
Castro mantuvieron en
Panamá en abril pasado en el marco de la Cumbre de las Américas y que fue el primer encuentro entre presidentes de
Cuba y
Estados Unidos en más de cinco décadas.
El lunes los dos mandatarios intervinieron ante la Asamblea General de la
ONU, y ambos hablaron del acercamiento bilateral y del embargo económico impuesto a Cuba por
EU hace más de medio siglo.
“Estoy seguro de que el Congreso (de EU) levantará inevitablemente un embargo que ya no debería estar ahí”, dijo Obama en su discurso.
Castro reiteró en su intervención que el “largo proceso de normalización de las relaciones” con EU culminará cuando, entre otras medidas, el país norteamericano devuelva la base de Guantánamo y pague compensaciones por el embargo.