Gilberto Santisteban Flores La Paz, Baja California Sur.-El trabajo de quienes cubrimos la fuente policíaca es uno de los detonantes de mayor curiosidad para los ciudadanos que habitan en la capital, así lo han manifestado a esta redacción en diversas ocasiones. Saber exactamente qué pasó o el modus operandim de los crímenes de alto impacto, es una de las principales preocupaciones de los paceños cuando se trata de informarse sobre los hechos que acontecen día a día en La Paz. En las últimas escenas del crimen que se han presentado en distintos lugares de la ciudad, los ciudadanos han cuestionado cómo es que los reporteros pueden acercarse a obtener información fidedigna cuando los filtros de la cadena de custodia son “tan exagerados” según sus propias palabras. “¿Cómo pueden obtener datos verídicos para informar a la sociedad, a la opinión pública?”, cuestionaba un ciudadano en la escena del asesinato de una mujer en la colonia Indeco. En la escena del asesinato de una mujer en las calles Mango entre Melón y Tamarindo, la zona de acceso para periodistas, es decir el punto más cercano para tomar fotografías y obtener información con testigo de los hechos, se encontraba a más 50 metros del domicilio donde estaba el cadáver de la mujer. Ante la presencia de los medios de comunicación, algunos ciudadanos preguntaron el porqué del hecho de que un periodista no pueda acercarse hasta donde se encuentra la información. Las autoridades de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), han establecido que no existe una medida exacta para cercar o asegurar una escena del crimen, esto recae en el criterio de los elementos que trabajen en el área. Sin embargo, hay escenario donde el acceso para los medios de comunicación, más que un protocolo de seguridad, parece un obstáculo puesto con toda la alevosía, sin justificación alguna. El punto es que se entiende y se respeta el trabajo de los efectivos que laboran en los diferentes departamentos de la PGJE, sin embargo, el derecho a informarse puede verse lacerado cuando no existe un estándar para asegurar correctamente una escena del crimen.