Luego de ser visitado por más de 150 mil personas, el material de
Dismaland será enviado a
Calais, Francia, para construir albergues para refugiados
Banksy, el exitoso artista callejero del que se desconoce su verdadera identidad, quiere reciclar el material de su antiparque de atracciones, “Dismaland”, para que sea empleado como un campo de refugiados cerca del puerto de Calais.
“Coming soon... Dismaland Calais” (Próximamente...
Dismaland Calais), escribió como mensaje final en la página web del sombrío parque, que cerró sus puertas el domingo tras cinco semanas abierto en la localidad costera británica de
Weston-super-Mare.
“Todas las vigas y elementos fijos de Dismaland serán enviados al campo de refugiados “la jungla”, cerca de Calais, para construir refugios”, señala el portal.
En
“Dismaland”, una réplica a modo de sátira de los parques de atracciones, se podía visitar un castillo de cuento quemado, así como decenas de obras e instalaciones de Banksy y otros artistas.
En las noches se programaron eventos con DJs y conciertos con diferentes grupos, entre ellos la banda de rock Pussy Riot, que sufrió la censura rusa.
El provocativo parque temático anticapitalista, fue inaugurado en agosto pasado y generó beneficios económicos por más de 30 millones de dólares, debido a los visitantes que atrajó al sur de Inglaterra, según estimaciones de la oficina de turismo de Somerset.
Más de 150 mil personas visitaron el espacio donde se instalaron piezas que representaban barcas cargadas de refugiados, furgones de la policía antidisturbios y un castillo de cuento de hadas medio derruido.
La exhibición temporal cerró el domingo, luego de haber vendido unas cuatro mil entradas al día a través de internet y otras 500 en taquilla a aquellas personas que hicieron largas filas durante horas para lograr visitar la instalación.
El misterioso artista británico, que se dio a conocer en la década de 1980 como grafitero, definió “Dismaland” como un “parque temático no recomendable para los niños”.
A pesar de que el parque está planteado como una sátira sobre el turismo y la industria de los parques de atracciones, su apertura ha reavivado la economía de la zona, según Visit Somerset.
“El espectáculo ha ido mucho más allá de lo que esperábamos”, aseguró John Turner, portavoz de turismo.
“Se ha convertido en un fenómeno global de enorme importancia para la región y demuestra lo fundamental que puede ser el turismo para la economía local”, afirmó.
La apertura de Dismaland ha hecho que los hoteles y hostales de Weston-super-Mare hayan estado completos durante todas las noches desde que abrió el parque, a pesar de que septiembre es un mes lluvioso en el que el turismo en la localidad costera suele ser escaso.
El responsable de la asociación de hoteleros de la localidad, Keith Fearn, indicó que
“han venido visitantes extranjeros de todas partes, de México, Tailandia, China, Estados Unidos”.
“Ha sido fantástico”, dijo.