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MADRID, 9 de septiembre.- Como era de esperar, como sucede cada vez que actúa en "casa", Alejandro Sanz convierte el primero de los tres conciertos que ofrecerá en Madrid dentro de su gira Sirope en una fiesta con el público a sus pies y él, ahora como hace 25 años cuando empezó, pisando fuerte.
Con ese tema, Pisando fuerte, se cierra su actual espectáculo y es, junto con Viviendo deprisa, uno de los atractivos de este tour, una anécdota en realidad que permite recuperar en clave discotequera unas canciones de post-adolescencia que lo encumbraron allá por 1991 y que no había vuelto a tocar en sus giras.
Madrid es mi casa, así que esta noche significa mucho y, además, este concierto es una responsabilidad, porque vamos a grabarlo en DVD; pasároslo lo mejor posible, abrazaos, cantad, bailad, que esta es vuestra noche y va a quedar registrado", anunció al inicio de la velada celebrada en el Barclaycard Center, ante el aforo completo de 14 mil personas, según la organización.
No todo es funk, jazz y blues en este Sirope que tiene también mucho de retrospectivo, con temas rescatados de sus diez discos de estudio bajo el pseudónimo de Alejandro Sanz, excepto de Si tú me miras y de El tren de los momentos.
Quizás sabe a poco el popurrí en el que aborda temas como Amiga mía, Mi soledad y yo o la enorme Y si fuera ella, pero a cambio interpreta íntegras Lo ves (a solas al piano), Desde cuándo, una apoteósica No es lo mismo, el imprescindible Corazón partío o los citados Viviendo deprisa y Pisando fuerte.
Así trenza dos horas y pico de música en las que traslada la historia de la realización de un sueño, el de subirse a un escenario desde que un buen día viera actuar a Paco de Lucía en Algeciras (Cádiz), la tierra de su padre.
Precisamente para él ha tenido un bonito recuerdo. "En este Palacio de Deportes hace un tiempo vi cantar a Camarón y vi tocar a Paco de Lucía. En este mismo escenario canté una noche con mi compadre Paco. No hay ni un solo día que no me suba a uno y no me acuerde de él", dijo antes de dedicarle La música no se toca.
Madrid y la grabación del DVD requerían invitados. Para esta primera jornada en la capital contó con Vanesa Martín (Quisiera ser), Pablo López (No me compares) y Zucchero, un dueto que, además de recoger Un zombie a la intemperie, le permitió salirse del guión de la gira con una versión inédita de un tema muy popular del italiano, Baila morena.
Cabe destacar además a la decena de músicos versados y polivalentes que lo arropan, la mitad mujeres, como acostumbra, entre ellas Sara Devine y la prodigiosa voz de la que hace gala en Looking for paradise supliendo a Alicia Keys.
El viento metal (trombón, trompeta y saxofón) y la percusión le permiten darle aires americanos a sus nuevas composiciones y también a algunas de las viejas, sobre todo alargando los finales para exprimir sus posibilidades y revirarlas hasta el extremo, dejando casi intacta así el resto de la pieza para disfrute de su público más tradicional.
Además de Nueva Orleans, el rock, el latin jazz y las baladas románticas se asoman al sonido de estos directos, ante una escenografía diseñada por Luis Pastor que sorprende al inicio por el intrincado telar de leds triangulares con remate en forma de diamante que sube y baja durante todo el show.
"Al final lo que hay que poner aquí encima es el corazón" dijo el cantante en su despedida, tras darse golpes de pecho al grito de Madrid, Madrid de mi alma, al que volverá mañana y de nuevo el viernes y en el que, afortunadamente, hace años se le partió el corazón "unas 40 mil veces".