• Se trata del lanzamiento indiscriminado de tomates, una auténtica lluvia que baña a los participantes sin miramientos
México.- Descríbase como se describa, La Tomatina es la fiesta de la locura. Esta tradición valenciana de la región de Buñol, en donde sus habitantes se enfrascan en una batalla de tomates, cumple 70 años y Google lo celebra embarrando también de rojo su Doodle de hoy.
Seas valenciano, sevillano o madrileño; americano, japonés o australiano. ¿Quién no ha oído hablar de la famosa Tomatina de Buñol?, describe el sitio todaunamalgama.
La Tomatina se celebra en Buñol el último miércoles de agosto, dentro de su semana grande de fiestas. La batalla del tomate comienza sobre las once de la mañana y durante una hora la gente se divierte dándose un auténtico baño en tomate. El color de la vestimenta por excelencia es el blanco.
Se recomienda llevar gafas de bucear, ropa vieja y zapatillas desgastadas.
La noche anterior, los habitantes de Buñol y los turistas, disfrutan de las atracciones en el recinto ferial. Al día siguiente se empieza temprano para reponer fuerzas. El Ayuntamiento de Buñol ofrece bollos para desayunar sobre las nueve de la mañana. La gente acude a la plaza llenando cubetas de agua y tirándolas sobre las personas que quieran refrescarse, o sobre cualquiera que pase por ahí.
Antes de iniciar La Tomatina, hay un acto obligado: se eleva un palo cubierto de jabón y quien lo quiera intentar trepa por él para conseguir el premio, un jamón que se encuentra en la parte más alta. Hasta que no se coge el jamón, no puede dar comienzo La Tomatina. La gente anima cantando, se tiran cubetas de agua desde los balcones, los participantes preparan sus gafas de bucear o dan los retoques finales a su disfraz.
Hasta que los aplausos dirigidos al cazador del jamón avisan del comienzo de la batalla.
La gente corea “¡tomate, tomate!” pidiendo batalla.
Cuando suena la primera carcasa, la gente empieza a buscar a ese primer camión, cargado de “municiones tomateras”, que se abre paso entre el tumulto para tomar posiciones. En un momento dado, se detiene y se inclina para depositar la munición en el suelo. La gente se abalanza sobre los tomates y se provisiona.
Y ahora sí comienza el lanzamiento indiscriminado de tomates, una auténtica lluvia que baña a los participantes sin miramientos. Camión tras camión, hasta un total de 5, van reponiendo más provisiones. Una hora después del comienzo, la segunda y última carcasa anuncia el fin de la batalla.
Con la retirada llega el momento de limpiarse el tomate adherido al cuerpo con las mangueras que los vecinos prestan amablemente, en las fuentes o en el charco de “los peñones”.
CÓMO SURGIÓ
La historia de esta fiesta se remonta a una tarde a finales de agosto de 1945. Un grupo de amigos presenciaba un desfile de músicos, gigantes y cabezudos. En su intento por acercarse a las primeras posiciones del público y tener mejores vistas del acto, provocaron que uno de los participantes se cayera al suelo. El cual, furioso, la emprendió a golpes con todo lo que encontró. Un puesto de verduras fue objeto de su enfado, lo cual devengó en una multitud de gente tirándose tomates los unos a los otros hasta que las fuerzas del orden público acabaron con aquella batalla vegetal.
En años posteriores, los jóvenes se llevaron sus propios tomates y repitieron el incidente, pese a que la policía siempre ponía fin a aquella diversión improvisada. Y aunque La Tomatina se prohibió a principios de los 50, la gente siguió celebrándola pese a la amenaza de ser arrestados.
En 1957, los vecinos de la localidad celebraron el “encierro del tomate”, un acto en protesta por la prohibición de La Tomatina. Desfilaron portando un ataúd con un gran tomate en su interior, acompañados por las marchas fúnebres de una banda de música. Como resultado, se proclamó como fiesta de forma oficial.
CURIOSIDADES
Esta fiesta se dio a conocer en España con un reportaje de Javier Basilio, emitido en 1983 en el programa de Televisión Española “Informe semanal” y fue declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional por la Secretaría General de Turismo en el año 2002.
Diferentes países han copiado esta batalla vegetal, como Sutamarchán (Colombia) y Guangdong (China). Esta fiesta incluso fue promocionada en 2011 en la película de Boollywood ‘Zindagi Na Milegi Dobara’ (para ello se celebró una Tomatina en febrero de ese año).
Ya a limpiar...
El proceso de limpieza de las calles lo realizan las brigadas de limpieza de la localidad, ayudadas por los propios vecinos. Los participantes suelen aprovechar el agua de las mangueras para quitarse el tomate pegado al cuerpo y así darse un primer aseo. Algunos se acercan al charco de “los peñones” para lavarse. Tras la limpieza, las calles del pueblo, que son de adoquín, quedan impolutas debido a la acidez del tomate que desinfecta y limpia a fondo todas las superficies.
Los tomates proceden de Xilxes, Castellón, donde son menos costosos y se cultivan específicamente para estas fiestas, ya que su sabor no resulta adecuado para el consumo.
Y para los participantes
Sólo se pueden lanzar tomates.
No romper las camisetas de otros.
Los tomates se deben aplastar antes de su lanzamiento para no hacer daño a nadie.
Tener cuidado con el paso de los camiones que reparten los tomates.
Se recomienda el uso de gafas protectoras y guantes.
Lleva ropa vieja o que no vuelvas a utilizar más ya que quedará prácticamente inservible (lo ideal sería llevar una camiseta blanca).
Llevar zapatillas cerradas y no chanclas.
Si se utiliza cámara de fotos, equiparla con una funda protectora.
Tener muy en cuenta las indicaciones y recomendaciones del personal de seguridad.
Y tú, ¿conocías La Tomatina?