Excesos, lujos y corrupción. Opacidad, opulencia e impunidad. Los sindicalistas mexicanos tienen mala fama. O al menos algunos de sus líderes, que representan a la clase obrera pero se dice que viven como reyes. Histó
Excesos, lujos y corrupción. Opacidad, opulencia e impunidad. Los sindicalistas mexicanos tienen mala fama.
O al menos algunos de sus líderes, que representan a la clase obrera pero se dice que viven como reyes. Históricamente a muchos dirigentes se los ha vinculado con un enriquecimiento desmesurado.
"México no merece los líderes sindicales que tiene", Mundo Martín Moreno, autor del libro "Los demonios del sindicalismo mexicano", publicado en febrero.
Carlos Romero Deschamps, secretario general del sindicato la petrolera estatal Pemex y senador por el gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI), es el primer ejemplo de la obra de Moreno.
Algunos medios como el diario Reforma señalan que ha adquirido una Ferrari, autos Mercedes Benz y BMW, tres yates, un departamento en Nueva York, un condominio en Texas y una casa en Cancún.
También se habla de los departamentos de lujo comprados por su hijo José Carlos en Miami por US$7,5 millones y las fotos en jets privados que ha publicado su hija Paulina en redes sociales.
Y la historia de "La Maestra", considerada en su momento "la mujer más poderosa de México".
La influyente Elba Esther Gordillo dirigió la mayor organización sindical de América Latina, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), entre 1989 y 2013, hasta que fue acusada de desviar US$208 millones de recursos públicos y luego detenida.
O la de Napoleón Gómez Urrutia, secretario general del sindicato minero, exiliado en Canadá desde 2006 luego de que fuera acusado de desviar US$55 millones, acusaciones que la Suprema Corte terminó desestimando.
Son casos que han golpeado la imagen del sindicalismo. Al sector se lo considera, según sondeos de opinón, casi tan corrupto como los partidos políticos y los altos funcionarios.
Para Carazo se trata de "casos aislados". "Hay muchas denuncias, algunas llegan a ser ciertas, pero hay mucho mito también", señala.
El dirigente sindical no considera que las denuncias ameriten una reacción de parte de la CTM, que cuenta con cuatro millones de afiliados en sindicatos de empresas privadas, según Carazo.
"No decimos que sean verdad, no decimos que sean mentira, simple y sencillamente no son temas que nos atañen, tenemos suficiente trabajo con la problemática de los trabajadores", señala.
Carazo se encarga de aclarar que son "muchos" los dirigentes sindicales que no están en esas condiciones, pero defiende el hecho de haber ido creciendo en un trabajo, "y cualquiera que va creciendo tiene derecho a vivir mejor".
"Mucha gente quisiera ver en el sindicalismo gente que vivamos como obreros", añade, "pues no se da porque tampoco se da en el periodismo, tampoco en el gobierno, en las empresas".
Vínculo político
El poder de los sindicatos no se puede concebir sin el estrecho vínculo que muchas veces existe entre estos y la autoridad de turno.
"Las grandes centrales obreras no surgieron desde abajo, sino desde el poder presidencial", aseguró recientemente el intelectual Gabriel Zaid en una columna en el diario Reforma.
El caso emblemático que expuso una unión controversial fue el "Pemexgate", en el 2000. El desviamiento irregular de al menos 500 millones de pesos (casi US$40 millones) del fondo del sindicato petrolero a la campaña presidencial del entonces candidato del PRI, Francisco Labastida.
Romero Deschamps, y el tesorero del sindicato, Ricardo Aldana, fueron involucrados y acusados ante la justicia pero los cargos se desestimaron.
El Instituto Federal Electoral determinó que había habido un desvío y multó al PRI. Al líder sindical la justicia lo halló inocente de lavado de dinero y delincuencia organizada.
La causa por fraude electoral contra Romero Deschamps prescribió en 2011.
"La mayoría de los sindicatos", opina Moreno, "sirven para enriquecer a sus líderes al amparo de la protección presidencial desde hace muchos sexenios".
"No podemos estar peor", le dice a BBC Mundo el Dr. Arturo Alcalde Justiniani, abogado de sindicatos independientes.