Universitarios proyectan una estrategia para hacer recorridos de avistamiento De la redacción La Paz, Baja California Sur.- Búhos cornudos, cardenales del desierto, chipes, torcacitas y pinzones son al
De la redacción
La Paz, Baja California Sur.- Búhos cornudos, cardenales del desierto, chipes, torcacitas y pinzones son algunas de las especies que buscan refugio, durante ciertas temporadas, en las instalaciones de la Máxima Casa de Estudios en la entidad, Campus La Paz, constituyéndola como un verdadero santuario natural.
Desde hace algunos años, un grupo de investigadores y estudiantes del Taller de Observación de Aves de la misma Universidad, se han dado a la tarea de registrar los distintos tipos de aves que residen en la UABCS.
Hasta el momento, se contabilizan más de 80 especies distintas, algunas introducidas; otras endémicas, migratorias o residentes. Incluso, se han observado casos especiales de “citismo reproductivo”, que es cuando ciertas especies colocan sus huevos en los nidos de otras, y éstas últimas los crían como si fueran propios.
Gerardo Marrón, encargado del Taller, señala que la idea principal de este proyecto es ubicar los lugares estratégicos del campus universitario para, posteriormente, establecer rutas de avistamiento con el objetivo de difundir este tipo de prácticas.
“Aunque se han hecho registros en toda la Universidad, hemos encontrado algunas zonas donde hay tipos específicos de aves. Sin duda, la UABCS es un excelente refugio dentro de la mancha urbana de La Paz, que permite ver especies que, por lo regular, sólo encontraríamos a las afueras de la ciudad. Incluso, hemos recibido la visita de observadores de las universidades de Colorado y de California”, declaró.
Con relación a la distribución de aves en el Campus, el especialista señala que en las zonas más desarrolladas, suele haber recursos que generalmente no habitan en el medio natural. Tal es el caso de los chipes, aves que, por ser migratorias, seguramente buscan lugares más arbolados, los cuales, por lo regular, están contiguos a edificios.
Por el contrario, en las zonas no tan urbanizadas y con menos tránsito de personas, se pueden observar aves más similares a las del entorno natural, como la perlita californiana y el cardenal del desierto.
Una de las causas probables por las que las aves migratorias detienen su viaje en la Universidad, explica Gerardo Marrón, puede deberse a que la mayor parte de la península es árida, por lo que, al pasar sobrevolando la UABCS, algunas especies ven características propicias para el descanso, como matorrales, agua, alimento y refugio.
Aunque en cualquier época del año se pueden realizar los avistamientos, el universitario asegura que la mejor época es la invernal, sobre todo entre los meses de octubre y marzo, que es cuando se mezclan aves residentes y migratorias.
Para difundir esta actividad, integrantes del Taller de Observación ya preparan un video promocional con imágenes de los sitios y las aves que se pueden apreciar en el Campus Universitario.
“En la Universidad queremos generar una cultura del naturalismo, donde no sólo se respeten a las aves, sino también los sitios donde habitan, es muy importante no lanzarles piedras ni tirar basura para no afectarlas emocionalmente o dañar su hábitat. La idea de nosotros es cambiar esta clase de prácticas dañinas por una actitud de respeto y tolerancia, pues el avistamiento de aves es una actividad recreativa sumamente placentera”.
Finalmente, Gerardo Marrón extendió una invitación a todos los que quieran aprender y realizar avistamientos de este tipo, a que se inscriban al Taller Universitario de Avistamiento de Aves, el cual es abierto para todo el público.