Francia celebró de manera positiva la decisión del gobierno de México de reducir de 25% sus emisiones de gases de efecto invernadero para 2030 e iniciar la descarbonización de su economía a partir del año 2026, como
Francia celebró de manera positiva la decisión del gobierno de México de reducir de 25% sus emisiones de gases de efecto invernadero para 2030 e iniciar la descarbonización de su economía a partir del año 2026, como parte de las medidas para combatir el cambio climático.
En una declaración, Laurent Fabius, ministro de Asuntos Exteriores y Desarrollo Internacional de Francia, afirmó que la contribución, la primera anunciada por un país emergente, es "ambiciosa".
"Esta contribución es ambiciosa: prevé, en particular, una reducción incondicional y en valor absoluto de las emisiones de gas de efecto invernadero del país a partir de 2026, confirmando al mismo tiempo un objetivo a largo plazo para 2050. Dicha contribución prevé también una elevación importante del objetivo fijado para 2030 en caso de apoyo financiero internacional", expresó el canciller francés.
"Deseo que esta contribución, la cuarta después de las de Suiza, la Unión Europea y Noruega, sea seguida rápidamente por otros anuncios ambiciosos, de acuerdo con los compromisos asumidos en este sentido con motivo de la COP19 de Varsovia y confirmada en la COP20 de Lima. Estas contribuciones constituirán elementos esenciales del éxito necesario de la Conferencia de París", agregó.
El viernes pasado, el gobierno mexicano, a través de las secretarías de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y de Relaciones Exteriores (SRE), comunicó a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático sus compromisos de Mitigación y Adaptación para el período 2020-2030.
Asimismo, anunció que México se compromete a reducir el 51% de sus emisiones de partículas negras de hollín, cuyo potencial de calentamiento global en el corto plazo puede ser hasta tres mil 200 veces superior al bióxido de carbono.
Este contaminante de vida corta, denominado también carbono negro, es un compuesto de efecto invernadero que proviene principalmente de la quema incompleta de combustibles fósiles pesados y está asociado con la morbilidad y mortalidad causada por la contaminación atmosférica a nivel urbano, por lo que su reducción también tendrá importantes beneficios en materia de salud pública.
Además, se disminuirán en 22% las emisiones de bióxido de carbono, metano, óxido nitroso y gases fluorocarbonados, de manera no condicionada, con respecto a la línea base o el crecimiento tendencial de las actividades productivas, de servicios y urbanas que los generan.
"Se puede estimar que el efecto combinado de la reducción de los compuestos y los gases de efecto invernadero mencionados al 2030 asciende a 25%", explicó la Semarnat.
Señaló que bajo estas previsiones, México alcanzará un pico máximo de emisiones de bióxido de carbono para entrar en una ruta de descarbonización de su economía a partir del año 2026.
"Esta reducción determinada voluntariamente se puede incrementar a 40% de llegarse a un Acuerdo Global en Paris que asegure el apoyo financiero a las acciones de mitigación de países en desarrollo, garantice una transferencia tecnológica estratégica en los sectores con mayores tasas de emisión, de manera proporcional al reto que se enfrenta, así como mecanismos de mercado que faciliten la mitigación", expuso la Semarnat.