Gilberto Santisteban Flores

La Paz, Baja California Sur.- Pánico, llantos, ambulancias y sirenas por todos lados, desde que el fin de semana comenzó, la ola de violencia se apoderó de todos los rincones de la capital, jornada que terminó con dos personas asesinadas a balazos y dos lesionados de gravedad.

Viernes 6 de marzo, eran cerca de las 21:30 horas cuando las corporaciones de seguridad fueron alertadas sobre un atentado en calles Allende y Callejón Clemente Guillen de la colonia La Rinconada.

En un intenso dispositivo, se aseguró el área, en donde el cadáver de quien fue identificado como Jesús Uriel Martínez Peña de 41 años de edad, originario de La Paz, yacía, mientras otra persona de sexo masculino se debatía entre la vida y la muerte.

Una unidad paramédica, procedió a trasladar al convaleciente al hospital Juan María de Salvatierra en donde a su ingreso su estado de salud se reportaba como grave.

Este altercado que se suscitó en La Rinconada, dejó la víctima número 71 de la ola de ejecuciones que se han presentado en los municipios de La Paz y Los Cabos desde hace poco más de siete meses.

Los crímenes de alto impacto no se detuvieron ahí, el sábado por la tarde, en la gasolinera que se ubica en Forjadores y Colosio, un grupo de hombres armados a bordo de una camioneta blanca interceptaron a una familia, para proceder a balear el vehículo en el que viajaba.

En un escenario “peliculesco”, dos hombres, al parecer padre e hijo, resultaron heridos, en una de las escenas del crimen más tensas que se han reportado hasta el momento.

Decenas de personas se acercaron al lugar de los hechos para fotografiar y tomar imágenes de los afectados, mientras que a toda prisa los elementos de las corporaciones adscritas al Grupo de Coordinación aseguraban el área.

A lo lejos se podía observar a un funcionario de Protección Civil que regresaba a la escena, con su uniforme ensangrentado después cumplir con su deber; las dos víctimas alcanzadas por las balas iban graves camino al hospital Juan María de Salvatierra.

En la gasolinera, la camioneta en la que viajaba la familia llena de agujeros que habían dejado impresos los disparos, era cercada para evitar que la cadena de custodia fuera ensuciada.

A pesar de los esfuerzos por salvar a los agredidos, uno de ellos falleció más tarde en el hospital, mismo que fue identificado como Israel Torres Inzunza de 32 años de edad, muerte que corresponde a la ejecución número 72.

En cuanto al lesionado por el tiroteo, su identidad quedará en el anonimato por cuestiones de seguridad, sólo trasciende que tiene 54 años aproximadamente.

Este el recuente de los hechos violentos que más trascendieron en la capital, sucesos que laceran la tranquilidad y la confianza de la ciudadanía.

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