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Hoy es sábado, 23 de noviembre de 2024

Al “Z-42”, sus compras lo delataron

  Óscar Omar Treviño Morales, “Z-42”, líder del cártel de “Los Zetas”, dejó un rastro que las áreas de inteligencia aprovecharon: la compra de regalos para su pareja sentimental y de accesorios, y ropa de marca para é

Al “Z-42”, sus compras lo delataron

 

Óscar Omar Treviño Morales, “Z-42”, líder del cártel de “Los Zetas”, dejó un rastro que las áreas de inteligencia aprovecharon: la compra de regalos para su pareja sentimental y de accesorios, y ropa de marca para él, así como los movimientos de su operador financiero que permitieron rastrear su ubicación.

Autoridades federales revelaron a EL UNIVERSAL que estas fueron pistas clave para localizar al narcotraficante que se volvió un blanco prioritario hace 18 meses, tras heredar el poder de la organización, y que se desplazaba desde Nuevo Laredo, Tamaulipas, a Piedras Negras, Coahuila, o en diversas regiones de Nuevo León para mantener el control de sus células.

Hace seis meses relajó la seguridad, adoptó un perfil más bajo, con menos equipo de seguridad, y se instaló en una zona residencial del municipio de San Pedro Garza García para vivir una relación que le generó cuantiosos gastos que su operador financiero Carlos Arturo Jiménez Encinas atendió, y se hizo más visible para las autoridades.

Treviño Morales, por quien el gobierno de Estados Unidos ofrecía una recompensa de cinco millones de dólares, y el de México 30 millones de pesos, asumió el control del cártel tras la captura de su hermano Miguel Ángel Treviño, “Z-40”, en julio de 2013.

El “Z-42” está relacionado con 11 causas penales por delitos contra la salud, robo de hidrocarburos, operaciones con recursos de procedencia ilegal y delincuencia organizada, actividades ilícitas por las que existen órdenes de aprehensión en su contra. Además, una corte de Estados Unidos solicitó una orden de aprehensión con fines de extradición por el delito de asociación delictuosa para cometer delitos contra la salud, que está vigente.

El comisionado nacional de Seguridad, Monte Alejandro Rubido, explicó que tras la ruptura de “Los Zetas” con el cártel del Golfo en 2010, los hermanos Treviño Morales se aliaron con Heriberto Lazcano Lazcano, “El Lazca”, lo que le permitió a Óscar Omar Treviño ser coordinador financiero y administrador general de la organización delictiva un año después.

Sin embargo, tras la muerte de Lazcano, Miguel Ángel asumió el mando del cártel y su hermano Omar se consolidó en el segundo puesto.

Después de la detención de Miguel Ángel Treviño en 2013, su hermano asumió el mando de la organización y con ello la coordinación de sus jefes regionales, explicó el comisionado.

Pero la violencia que imprimió Óscar Omar Treviño para imponer su hegemonía propició que no lograra el reconocimiento que tenía su hermano en la organización, por lo que tuvo conflictos con operadores locales que buscaban independizarse, situación que derivó en rupturas y mayores enfrentamientos al interior del grupo criminal.

  • Operativo

Su captura se llevó a cabo a partir de seguir a Jiménez Encinas, encargado de las finanzas del cártel, quien visitaba distintos domicilios en el estado de Nuevo León.

“En paralelo, se contaba con información de que Omar Treviño Morales se mantenía en una zona de movilidad que comprendía la región fronteriza de Nuevo Laredo hasta Piedras Negras y algunos municipios de Coahuila en las regiones Desierto, Carbonífera y Cinco Manantiales”, comentó Rubido.

En conferencia de prensa detalló que la información recabada permitió en febrero pasado identificar a una persona con las características físicas de Óscar Omar Treviño Morales.

Por ello, se incrementó la vigilancia y se logró determinar que el “Z-42” “se manejaba con un grupo de seguridad reducido con la finalidad de intentar pasar desapercibido”.

“De esta manera, se coordinaron dos operativos simultáneos. El primero de ellos, poco después de las 3:00 horas, en el cual se capturó sin un solo disparo a Omar Treviño, en las inmediaciones de la calle Vía Colatina, de la colonia Fuentes del Valle, en el municipio de San Pedro Garza García, cuando se disponía a ingresar a su domicilio”.

En el segundo operativo, en la calle San Agustín, Jardínes del Campestre, del mismo municipio, se detuvo al operador Jiménez Encinas, de 42 años y originario de Monclova, Coahuila.

Además, en los operativos fueron detenidos Rodolfo Campbell, Juan Pablo Téllez, Ricardo Aurelio Torres y Miguel Ángel Anzaldúa.

El “Z-42”, quien mantuvo como centro de operaciones las ciudades de Nuevo Laredo, en Tamaulipas; Piedras Negras, en Coahuila, y Anáhuac, en Nuevo León, está vinculado a diversas averiguaciones previas por delitos de delincuencia organizada y portación de armas de uso exclusivo de las fuerzas armadas.

Mientras que su operador financiero está relacionado con una causa penal por delincuencia organizada y privación de la libertad, por la que se cuenta también con una orden de aprehensión en su contra, comentó Tomás Zerón, jefe de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) de la PGR, que definirá la situación legal de los detenidos.

  • Omar Treviño Morales, sanguinario que le gusta ropa de marca

A Omar Treviño Morales no le gustaba estar solo, y debido a los contactos que tuvo con su pareja sentimental, las fuerzas federales lograron confirmar su ubicación, especialmente por las compras que realizaba para ella, así como por el trabajo que efectuaba su operador financiero Carlos Arturo Jiménez, para cumplir con todas las exigencias económicas de su jefe, quien este miércoles finalmente fue detenido.

En la casa marcada con el número 514 de la calle Vía Collatina, en Fuentes del Valle, del municipio de San Pedro Garza, en Nuevo León, predominaban las bolsas de compras del Palacio de Hierro y de marcas como Luis Vuitton, una de las favoritas de Treviño Morales y de su pareja sentimental.

A diferencia de sus hermanos Miguel Ángel y José, ambos encarcelados en Estados Unidos, Omar al principio de su liderazgo manejaba un alto perfil haciéndose visible hasta con 30 guardaespaldas, un cuerno de chivo, whisky Bucchannas y trajes de marca, gustos que quedaron plasmados en por lo menos dos corridos que hay sobre él.

“Siempre lo verán, su mano, bien arregladito con trocas del año, no se vayan en el año que todos sus autos los tiene blindados, siempre carga su cuernito y una buchanita de 18 años, no piensen que anda solo, trae toda su escolta bien camuflajeada”, reza uno de los corridos.

Con seis meses viviendo en la casa 514 ubicada al final de la calle, a unos metros del parque de los Patos y frente a ella un inmueble en construcción, Omar Treviño Morales pasaba como un empresario que constantemente hacía compras y no le gustaba que algún vecino buscara hacia el interior de la casa cuando el portón se abría, señala información que recabó EL UNIVERSAL sobre la operación de inteligencia que permitió su captura.

La casa de más de 500 metros cuadrados, con dos niveles, con un jardín en la parte posterior, colinda con una casa que tiene una antena de telecomunicaciones y hace menos de un mes solicitó un presupuesto para acondicionar el interior del inmueble con áreas ocultas, agrega.

De trato distante, agresivo en ocasiones, Omar Treviño utilizaba la violencia como medio de comunicación con sus interlocutores y, ante la mínima desconfianza, con bat de béisbol en mano o lo que tuviera a su alcance golpeaba o dejaba que su séquito de 30 guardaespaldas atacaran a la persona bajo su única regla permanente: “Mandar al hoyo al traidor”.

Sin embargo, Omar Treviño vivía en un doble mundo: por un lado era el líder de “Los Zetas” que ponía orden y peleaba territorios que operaban sus hermanos, y por otra buscaba mezclarse entre la clase media o alta de los lugares donde viajaba bajo su sello distintivo: comprando ropa de marca de las principales revistas de moda que gustaba comprar.

Dentro de la casa, algunas de esas revistas fueron encontradas por las fuerzas federales, maletas con ropa de marca, bolsas de plástico de almacenes de prestigio, cajas de Luis Vuitton, botas hechas a la medida, mp3 y CD con los corridos que mandaba escribir, pero ninguna foto de su familia.

Como la decoración del interior de la casa del número 514 de Vía Collatina, para Omar Treviño todo era blanco y negro, sin medias tintas, por ello cuando le pidió a Carolina Fernández González, actualmente de 22 años, ser su pareja le dio un límite y le aseguró que siempre vería por ella.

Fernández, ubicada como la esposa de Treviño Morales por el Departamento del Tesoro que la integró en su lista negra de personas relacionadas con el cártel de “Los Zetas”, fue finalmente la clave para que inteligencia de Estados Unidos y México cerraran el perfil y modus operandi del “Z-42” que confiaba ciegamente en su operador financiero y su pareja.