• El catedrático de la UABCS, Miguel Ángel Norzagaray Cosío, habla sobre este magnífico fenómeno

De la redacción

La Paz, Baja California Sur.- Por si la belleza de los atardeceres paceños no fuera suficiente, estos días, tras ocultarse el Sol, tenemos un brillante astro para rematar. No hay manera de confundirlo, es el primero que aparece, con tanto brillo que es capaz de hacer sombra por sí mismo, en una noche sin luna.

Se trata del planeta Venus. Su atmósfera, con más del 98% de bióxido de carbono, crea una nube que refleja los rayos solares en tal magnitud que cuando se ve por telescopio, no se logra distinguir nada, a menos que sea observado cuando aún hay luz solar en el cielo.

El profesor Miguel Ángel Norzagaray explica que como está más cerca del Sol que la Tierra, es posible ver parte del lado no iluminado, por lo que siempre se le ve en fase, como la Luna. La excepción es que no es posible ver “Venus lleno”, pues en ese momento el Sol está entre Venus y la Tierra. Tampoco “Venus nuevo”, ya que está exactamente entre el Sol y la Tierra.

Las fases de Venus fueron observadas por primera vez en 1610, por Galileo, y fueron de gran apoyo para la teoría Copernicana, ya que era evidente que el brillante planeta giraba alrededor del Sol y no de la Tierra.

Pese a que no es el planeta más cercano al Sol, sí es el de temperatura más elevada, pues su temperatura media es de 460 grados centígrados, debido al efecto invernadero del bióxido de carbono.

Además, gira sobre su eje en sentido contrario al del resto de los planetas, es decir, el Sol sale por el oeste y se oculta por el este. Como su rotación es tan lenta, no alcanza a dar dos vueltas en lo que gira alrededor del Sol.

Cuando se observa a este imponente planeta, estando el cielo completamente oscuro, su intenso brillo impide ver la forma de las fases, por lo que el catedrático universitario recomienda observarlo luego de meterse el Sol y antes de que oscurezca por completo.