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“El Sol” ahoga su decadencia en alcohol...

Ciudad de México, 11 de febrero (SinEmbargo).- En junio de 2013 escribíamos que, a pesar de que el cantante Luis Miguel ya no era el “Sol de México, el Estado de Guerrero y particularmente Acapulco le habían pagado una

“El Sol” ahoga su decadencia en alcohol...

Ciudad de México, 11 de febrero (SinEmbargo).- En junio de 2013 escribíamos que, a pesar de que el cantante Luis Miguel ya no era el “Sol de México, el Estado de Guerrero y particularmente Acapulco le habían pagado una millonada para que convertirse en la nueva imagen para la promoción turística del famoso puerto del Pacífico mexicano.

El anuncio lo hacía entonces el hoy tristemente célebre ex Gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero, quien escribía en su cuenta de Facebook: “Hoy me reuní con el cantante internacional Luis Miguel quien será la imagen del puerto de Acapulco”.

A nuestra nota un tanto crítica y, por qué no decirlo, irónica, un lector de nombre Raúl agregó un comentario imperdible: “Luis Miguel es la imagen de Acapulco: gordo, feo, calvo, jodido, con mucho dinero producto de negocios sucios, sin futuro y con una sola búsqueda: morir. No pudieron escoger mejor”.

Dichas palabras resultaron macabramente premonitorias. La violencia y la impunidad reinan en el Estado de Guerrero y desde la tragedia en uno de sus municipios, cuando desaparecieron 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa a manos de las fuerzas de seguridad y el ejército apostados en Iguala, no sólo el sol de Acapulco es más opaco, sino el del país entero.

La imagen del cantante más importante de nuestro suelo (aun cuando haya nacido en Puerto Rico, hace 45 años), deteriorada, perdida en el mal trazo que no es sólo reflejo del paso del tiempo, sino de una falta de espiritualidad y consistencia artística que lo han llevado a ser casi un remedo de sí mismo, no puede sino relacionarse en forma inmediata y espontánea con la del Estado que ha elegido representar a cambio de dinero.

Hoy, Ángel Aguirre Rivero, el mismo que lo coronó en uno de los destinos turísticos más valorados del mundo, es un muerto político desde que en octubre pasado se vio obligado a renunciar a su cargo de Gobernador de Guerrero, merced a la presión de un pueblo agobiado por la impunidad, la violencia, los cadáveres que salen de fosas que parecen multiplicarse en la llamada “tierra caliente”.

¿Y Luis Miguel, el de la garganta prodigiosa, el mejor cantante de boleros del planeta, el que llegó a ser comparado con el mismísimo Frank Sinatra?

EL DECLIVE DE UN SOL QUIETO

Solía decir la finada Chavela Vargas (1919-2012) que el problema de Luis Miguel no era el presumible consumo de cocaína, sino el uso excesivo de la droga que parece haber sido su alegría y su martirio en forma simultánea.

“Su problema no es que toma coca, su problema es que se la toma toda”, llegó a decir “la Chamana” en una conferencia de prensa en Buenos Aires, a fines de los ’90. Después de los 40, que cumplió en el 2010, los rumores en torno a un pronunciado alcoholismo también comenzaron a multiplicarse.

El reciente episodio en Yucatán, cuando no se presentó a cantar frente a un foro de 7 mil personas, un hecho que el director logístico del recinto, Jorge Rendón Boyance, explicó de la siguiente manera: “simple y sencillamente se metió a su cuarto, pidió botellas de alcohol y se está emborrachando. Está en su habitación metido emborrachándose”, fue el colofón a un declive que se viene anticipando desde hace años como el principio del fin de una carrera sin duda luminosa.

Tras el incidente tres personas fueron detenidas, entre ellas el representante legal del cantante, Oscar Raúl Montes, quien este lunes ya fue liberado.

La semana pasada, durante sus presentaciones en el Auditorio Nacional, donde se lo vio muy pasado de peso, se originó una gran cantidad de memes que hacían alusión a su gordura y a su evidente deterioro físico.

Precisamente, un comunicado ayer del departamento de prensa del Auditorio da cuenta de que las personas ligadas al negocio que todavía comanda el intérprete no se darán por vencidas fácilmente, lo cual es lógico si se tiene en cuenta la gran demanda de boletos que todavía provocan sus presentaciones en los escenarios del territorio nacional.

Así, Luis Miguel retomará su temporada de conciertos en “el Coloso de Reforma” mañana, jueves, al tiempo que el 1 de marzo próximo será la última presentación de su Déjà vu Tour en el afamado recinto capitalino.

El cantante interpreta alrededor de 30 temas, divididos en bloques rítmicos a través de los cuales recorre los éxitos que han marcado sus poco más de tres décadas de carrera artística, acompañado de una orquesta integrada por 10 excelentes músicos y mariachi.

Mientras tanto, su casa disquera Warner Music ha emitido también un boletín oficial donde niega que el artista haya suspendido su concierto en Yucatán a causa de su afición a la bebida.

“Desafortunadamente por cuestiones técnicas de la aeronave, Luis Miguel no pudo ser trasladado a tiempo al lugar del evento este sábado pasado por la noche en Mérida, Yucatán. Luis Miguel lamenta lo acontecido, al igual que sus fans, por lo que está en la mejor disposición de reprogramar el evento en la fecha que mejor se acomode tanto para el promotor como para el propio artista”, dice Warner.

Lo que se sabe es que hay una demanda interpuesta ante la justicia yucateca por el promotor local que contrató al artista, calificado de “irresponsable”, quien deberá devolver 11 millones de pesos a las personas que compraron el boleto para verlo y oírlo el sábado a la noche.

Luis Miguel se acerca peligrosamente a su decadencia y se aleja de su florecer, tras 30 años de una carrera ininterrumpida en la que llegó a vender más 100 millones de discos y de más de una década sin ofrecer ninguna propuesta musical nueva.

Su halo de misterio, el destino trágico de una vida atribulada en la que se destaca a menudo la desaparición de su madre y la complicada relación que mantuvo con su progenitor ya no funcionan como claves de atracción, aun cuando es mucha la gente que todavía alaba su presencia en diferentes escenarios de México y el mundo.

Su repertorio, conformado por las canciones de su juventud, los boleros que lo consagraron como una estrella mundial y las canciones clásicas mexicanas que el cantante ejecuta acompañado de mariachi resultan un material de archivo que jamás se renueva.

Es, en ese sentido, un artista que vive de las glorias pasadas, un hombre clavado con uñas y dientes al mito que él mismo ha alimentado escondiéndose en forma contumaz de la prensa y de los fans.

Temas pop como “La incondicional” y boleros como “No sé tú” y “Tres palabras” son la voz de un cantante transformado por la cosmética, bronceado excesivamente y con apósito capilar, una muestra del obsesivo anclaje en el pasado que parece transitar, alejado ya de sus mejores épocas.

Lo mejor que ha dado a la historia musical latinoamericana fue su discoRomances, producido a principios de los ’90 por Armando Manzanero. EnRomances 2 creyó que no le hacía falta productor y se largó solo a hacer un álbum que no tuvo ni cerca el éxito de su antecesor.

Sin embargo, fue el mismísimo Manzanero, originario de Yucatán, el Estado donde tuvieron lugar los episodios relatados, quien salió a defender a su discípulo, como lo ha hecho ya en oportunidades anteriores.

“Por algo no acudió al concierto y no es una falta de respeto,  es una pena porque mis paisanos no pudieran disfrutar sus canciones. Trabajé una época con él y fue maravilloso. Si Luis Miguel quiere hacer un disco conmigo, claro que aceptaría; sí me atrevería a trabajar con él”, dijo el rey del bolero mexicano ante una consulta de la agencia Notimex.